MANTENER PRESENTE EL TRABAJO. LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE. (Frag. Michel Congé – “Sobre el camino de la Octava del hombre”)

MANTENER PRESENTE EL TRABAJO. LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE.
(Frag. Michel Congé – “Sobre el camino de la Octava del hombre”)


“Mi vida y mi muerte, mi liberación o mi pérdida no son cosas aisladas, so
n procesos constantes, son las resultantes. Todos son combinaciones o estados. Es en un organismo en continuo cambio y que va hacia su desaparición qu
e debe nacer el Yo eterno.
El único modo de llegar a mi propósito es seguir una línea extremadamente estricta. Si la marea descendiente me lleva, yo me alejo, si me desvío, me aparto siguiendo una espiral que me llevará más abajo.
Es mi vieja ilusión de ser un hombre realizado y libre la que me impide ver que, de hecho, yo no soy sino un punto de intersección moviendo sin cesar líneas de fuerzas.
Esta manera de ver es la única que puede realmente darme luz sobre la manera justa de trabajar. Pero es tan difícil actualmente para nosotros que no podemos sino intentar buscar una mínima comprensión que pueda llevarnos poco a poco a ella.
Para no desviarme, necesito aprender a reconocer las ideas susceptibles de hacerme abarcar de una mirada un número creciente de problemas y de clones.
Así descubriré que la desviación comienza cuando tomo una idea o un evento (fenómeno) por el todo. Ahora bien, mi propia constitución me hace actuar de este modo y cuando me vuelvo hacia la verdad a la que aspiro con una de mis funciones, me desvío inmediatamente.
La búsqueda, que se apoya únicamente en la cabeza, no lleva sino al error. La que se funda sólo en el sentimiento, conduce igualmente a conceptos insensatos.
Únicamente si yo pudiera acceder a un centro de gravedad en mi mismo, capaz de conciliar mis diferentes aspectos, conseguiría mantenerme sobre una línea justa sin desviarme.
De la misma manera que en mi mismo me pierdo porque me abandono a la función que domina, igualmente, si creo que mi visión de las cosas es la única justa, me pierdo.
Mis centros deben concurrir a mi búsqueda sin que uno de ellos pretenda ser el único capaz de comprender.
Cada uno de nosotros debe aproximarse a los otros sin pretender ser el único que comprende. De la misma manera que un centro vigilará a otro centro, cada uno de nosotros vigilará (estará en guardia) al otro.
Pero esto no podría bastar. Para no desviarse, es necesario que reconozca en mí, una jerarquía de niveles.
Así debemos nosotros reconocer entre nosotros una jerarquía de comprensión. De esta manera se establecerá poco a poco una relación.”
CUERPO, ESENCIA Y PERSONALIDAD
Cuando un hombre nace, tres máquinas separadas nacen con él, las que continúan formándose
hasta su muerte. Estas máquinas no tienen nada en común una con otra: ellas son nuestro
cuerpo, nuestra esencia y nuestra personalidad. Su formación no depende de nosotros en
manera alguna. Su desarrollo futuro, el desarrollo de cada una separadamente, depende de los
datos que un hombre posee y de los datos que lo rodean, tales como el medio “ambiente, las
circunstancias, las condiciones geográficas, etc.
Para el cuerpo estos datos son herencia, condiciones geográficas, alimento y movimiento.
Estos no afectan la personalidad.
En el curso de la vida de un hombre, la personalidad se forma exclusivamente a través de lo
que el hombre oye y a través de la lectura.
La esencia es puramente emocional. Se compone de lo que es recibido por herencia, antes de
la formación de la personalidad, y más tarde sólo de aquellas sensaciones y sentimientos entre
los cuales vive el hombre. Lo que ocurre después, sólo depende de la transición.