Testimonio de Orage
Gurdjieff vino para darnos a nosotros un Mundo Nuevo, una nueva idea de Dios, del propósito de la vida, del sexo, de la guerra. ¿Pero quiénes somos “Nosotros?” “Nosotros” somos los que lo aceptamos y aceptamos su enseñanza, y ayudamos a llevar a cabo este trabajo. Este mundo nuestro no puede ser salvado dentro de nuestra medida del tiempo. Si esto hubiera sido posible habría sido “salvado” hace tiempo por los profetas y maestros que fueron enviados. Los que tratan de que el mundo sea salvado por un solo maestro en un tiempo dado están rehuyendo su propia responsabilidad. Están a la espera de una “segunda venida” sin esfuerzo de su parte -y se entregan a la enfermedad del mañana-.
“Si tomas, entonces toma”, dice Gurdjieff. Al trabajar sobre nosotros mismos podemos “tomar la posibilidad” de llegar a ser Hijos de Dios, el Cristo, el Ungido o el Mesías, donde la unción es por medio del cuerpo superior. Pero, habiendo caído tan bajo, el camino de regreso es largo y difícil, y lo hemos olvidado. “El buey conoce a su dueño, y el asno conoce el establo de su amo. Pero los míos no consideran. Han abandonado las aguas vivientes, y se abren paso a través de cisternas rotas”.
Somos lo que somos por nuestro fracaso en hacer las labores de presos, de manera que tenemos que moler el grano una y otra vez. El molino es una buena analogía, pues simboliza las dificultades-las recaídas, los lamentos, los olvidos, los reproches a sí mismo, los hundimientos, las postergaciones-; pero podemos tomar aliento, pues no se nos convoca para hacer nada que toda partícula del Absoluto -y Gurdjieff mismo- no haya tenido.
Aunque Gurdjieff protegía del viento a sus trasquiladas ovejas -dando a cada una su oportunidad conforme a su estado de ser y comprensión- sus choques irritaban a algunos. La gente piensa que se le puede enseñar a un hombre en una escuela verdadera como en una universidad; las universidades no son ahora nada más que aparatos reformadores para la ciencia convencional, el arte y la literatura, mientras que su función original era enseñar lo universal.
“La máscara arrancada”, dice Lucrecio, “deja desnudo lo que es”. Persona significa máscara, y la idea viene de las escuelas objetivas. Gurdjieff decía: Matemos nuestra personalidad, la falsa personalidad, la cosa falsa que creemos que es nosotros. Tiene que morir para que la individualidad pueda crecer. Para alcanzar su meta, Gurdjieff, como todos los maestros verdaderos, tuvo que desempeñar un papel, desempeñando al mismo tiempo varios papeles secundarios o auxiliares, trabajando sobre sí mismo para su propio desarrollo. Mientras propagaba su enseñanza tuvo que adaptarla a gente de diversos niveles de desarrollo. En un grupo, durante las comidas por ejemplo, utilizaba la hipérbole, la exageración, la broma, la contradicción aparente, diciendo algo a una persona mientras se refería a otra; lo cual confundía a algunos, que a menudo lo tomaban de manera literal y hacían comentarios extraños sobre lo que habían malinterpretado.
Todo hombre quisiera tener un “mundo mejor”, pero conforme a sus propias ideas. Las del gángster van en la dirección de un botín más grande; el comunista desea un estado de hormigas, con él al mando. Mientras más lejos de la realidad esté la escuela del reformador del mundo, más gente atraerá, pues él dejará todo a Dios, o al Estado, sin asumir ninguna responsabilidad él mismo. Esto es lo opuesto a la “aceptación de las cosas” en el sentido que le daba Gurdjieff, es decir, a nojnquietarse y preocuparse por lo que no podemos cambiar. “Lo que no puede curaree_¿tebesufrirsew.
El himno dice: “¿Cuándo salvarás a la gente, Oh Dios de la Misericordia, cuándo?” Como si esto dependiera del capricho de Dios. Sólo el hombre puede salvarse a sí mismo; y Dios le ha dado todos los medios y oportunidades posibles. Podríamos igualmente pedir a una central eléctrica que nos dé luz y calor mientras retenemos el combustible. La Iglesia organizada dice que la salvación es completa y gratuita, y que el hombre, para ser salvado, sólo tiene que “creer y ser bueno”.
Cuando el cochero le pidió a Júpiter que sacara su coche del fango, Júpiter le dijo: “Primero pon tu propio hombro contra la rueda”.
Los hombres no pueden ver que antes que nada es necesario hacer algo acerca de sí mismos; por miles de años han estado tratando de reformarse. Si un hombre se pusiera a trabajar sobre sí mismo en vez de rezar a su lejano Dios para que salve a la gente, encontraría que el reino de los cielos no es indiferente hacia los que tratan. Vernos a nosotros mismos tal como somos -el hombre viejo-y crear el hombre nuevo es el Camlno de la Cruz, la religión esotérica. El Camino de la Cruz fue el camino de todos los maestros objetivos. Todos tienen que ir a Egípto. todos tienen que ser crucificados. Como Sakra, señor de los Dioses, dice al rey Yudhisthira al final de su vida en la tierra, “todos los reyes deben contemplar el infierno”. Tienen que vivir la vida en todos sus aspectos, actuar como el diablo con el diablo -«ese viejo adversario, Shaitan-. Y el hacer esto exitosamente es la Santa Fuerza, en contraposición de la identificación con la Fuerza Negativa, que es Shaitan. La vida mecánica, con su educación, es muy positiva en esta función negativa. Esta masticación es Trogoautoegocrática -me alimento de mí mismo y así adquiero la “Yo-cracia”, el Yo-comando, el poder-. Tria-Mazi-Kamno, hago junto con tres. Mazi o mazy (laberíntico), derivado de metaxy. Kamno, “hacer”, como contra kamno en griego clásico significa “trabajar arduamente”, laborar y luchar laboriosamente, y sólo secundariamente a “hacer” en el sentido gurdjieviano para el cual tienen que usarse. La corriente mecánica de la vida fue inventada y adaptada por la Dama Rea Perséfone Naturaleza por necesidad, quien nos ha dejado en zuecos, sin importarle en absoluto ninguno de nosotros, preocupada en producir vibraciones masivas y así sucesivamente. Ella, aunque en un nivel más elevado que nosotros, no se dio el trabajo de prever. Formamos parte de sus experimentos. Pero el Eterno nos dejó un residuo que ella no puede arrebatarnos. Como Isaías (1.9) dice: “Sólo el Señor de las huestes [es decir, del cielo] nos ha dejado un residuo muy pequeño, nosotros hemos sido como Sodoma y Gomorra”. Esto tiene que ver con la partícula de Gurdjieff en Relatos de Belcebú; pero esta partícula, o residuo, no tiene poder para evolucionar por la gravedad específica cuando el correcto esfuerzo Eseral no está dirigido hacia ella. Aquí, la Dama Naturaleza tiene que hacer un regreso lleno de disculpas. Ella ha sido obligada por los altos poderes a mantener y a poner a nuestra disposición ciertos órganos que no son exclusivamente para su propio uso; ha tenido que concedernos esta posibilidad como parte de su pago por sus poderes. Si a ella no le interesan los individuos sino sólo la masa, lo mismo sucede con nosotros, que mostramos poco interés por las células individuales en nuestros tejidos, aunque nos preocupamos mucho por la salud del organismo en general, perdiendo a veces partes de él por el bien del conjunto. En cuanto al residuo, Perdita en Cuento de Invierno, dice: “Pues he oído decir que existe un arte que comparte su colorido con la gran Naturaleza creadora”. Polixenes: “Digan que lo hay, pero la Naturaleza se mejora por un medio que ella misma tiene; entonces, sobre ese arte que dicen acrecienta la Naturaleza, es un arte que la Naturaleza hace… Injertamos un suave vastago al tronco más salvaje y concebimos una corteza de una clase inferior con un germen de raza más noble; éste es un arte que repara a la Naturaleza, más bien la cambia, pero el arte mismo es Naturaleza”.
Nosotros tenemos que realizar todos los quehaceres básicos, por más irritante, agotador y absorbente que esto sea; sin embargo, “lo que sembremos en lágrimas lo cosecharemos en dicha”.
Pero no podemos comenzar a crecer hasta que hayamos formado el punto de crecimiento, la luna, en nosotros. Nuestro centro de gravedad, junto con el de la tierra, está en la luna astronómica, y por ello nos falta el contrapeso en nosotros -puesto que debemos “contener en nosotros todo lo que es representativo del mundo-“. La formación de la luna en nosotros viene del equilibrio de los centros, del Parktdolgdeber Eseral, del esfuerzo consciente y el sufrimiento voluntario, y de las Cinco Tendencias de la Moral Objetiva.
La palabra “lunático” proviene de las escuelas objetivas, aunque hace tiempo era evidente que los hombres estaban afectados por la luna; hoy en día, la palabra “lunático” se usa jocosamente o para señalar al notoriamente loco, cuyo estado es también el nuestro, aunque de una manera menos notoria. En el mito griego, Selene.que besó a Endimión para que durmiera, se hace”referencia a esto. Endimión se deriva de Endima, un atuendo-envoltorio, un cuerpo, un simple cuerpo de hombre, un ser envuelto en un cuerpo.
“Además”, dice Isaías, (30.26), “la luz de la luna debe ser como la luz del sol, y la luz del sol tendrá siete partes, como la luz de siete días, el día que el Señor vende la herida de su pueblo y cure su herida”. Y de nuevo (60.20): “Tu sol no se pondrá nuevamente, ni tu luna se retirará”. Y Revelación (12.1): “Una mujer vestida con el sol, y la luna bajo sus pies”. La luna es una bobina de inducción, que produce corrientes inducidas, que barren toda la energía desperdiciada, perdida para nosotros, a causa de nuestra mecanicidad. Las escuelas objetivas han sabido esto, y también sobre el magnetismo y la electricidad, desde la antigüedad; ha quedado en manos de los modernos -en la fiebre del industrialismo creado por prolíficos esbirros, hormigas- el desarrollar esto.
Gurdjieff hablaba y escribía usando un discurso lleno de imágenes, en un lenguaje simbólico, el cual es necesaria para la comprensión; porque las palabras, que son contadores o caracteres descriptivos, desembocan en definiciones, y las definiciones congelan finalmente la lengua, pues cuando todo se determina y se define, se pierde, o deja solamente una impresión superficial.
“El Tao que puede expresarse en palabras no es el Tao Eterno”.
No hay atajos para el desarrollo interior. Todos los Maestros han hablado de esto. Los que, habiendo emprendido el trabajo una vez,
lo abandonan por un camino aparentemente más fácil, más tarde o más temprano tienen que recomenzar.
Cada uno de nosotros tiene un deber. Cada uno tiene un camino por delante. Cada uno tiene una tarea y debe cumplirla. ¿Sé cuál es la mía?
Nuevamente regresa al hombre mismo el estudio de sí. En medio de la confusión, de los vaivenes de la vida ordinaria, no podemos escapar del constante deseo, consciente o inconsciente, de saber, de ser, de comprender. “Si asciendo a los Cielos, Tú estás allí; si hago mi lecho en Sheol, Tú estás allí; si tomo las alas de la mañana, y habito en las partes más profundas del mar, Tu mano me tomará”. “Estoy hecho de manera terrible y de manera maravillosa. Mi figura no estaba escondida de Ti cuando me hicieron en secreto, y en Tu libro todos mis miembros estaban escritos”. Salmos.
“El libro en donde yacen todos los misterios es el hombre mismo; pues él mismo es el libro del ser de todos los seres, ya que él es a la semejanza de Dios”. Jacob Boehme.
“Te digo, quienquiera que seas, que deseas explorar las profundidades de la Naturaleza, si lo que buscas no se encuentra dentro de ti mismo, nunca lo encontrarás afuera. Oh, hombre, conócete a ti mismo, pues en ti está escondido el tesoro de los tesoros”. Isis Unveiled.
“El Reino de Dios está dentro de vosotros. Tratad pues de conoceros a vosotros mismos, y sabréis que estáis en la ciudad, y que vosotros sois la ciudad”. Jesús.