LAS TRES LÍNEAS DE TRABAJO-Nora Sabater

LAS TRES LÍNEAS DE TRABAJO-Nora Sabater

Para el desarrollo del ser es necesaria una escuela: muchas personas que trabajen en la misma
dirección de acuerdo con los principios y métodos de la escuela. Lo que un solo hombre no
puede hacer, muchos hombres que trabajen juntos pueden hacerlo. Cuando me encontré con
este sistema, me convencí muy pronto que estaba conectado con escuelas y que, de esta
manera, ha pasado a través de la historia documentada e indocumentada. Durante este tiempo se inventaron y se perfeccionaron métodos.
Las escuelas pueden ser de diferentes grados, pero ahora tomo como escuela a toda clase de
escuela preparatoria que conduce en cierta dirección, y una organización que puede llamarse
“escuela” del Cuarto Camino es una organización que introduce, en su trabajo, tres fuerzas.
Lo que es importante entender es que hay una especie de secreto en el trabajo de la escuela,
no en el sentido de algo realmente oculto, sino de algo que ha de explicarse. La idea es ésta: si
tomamos el trabajo de la escuela como una octava ascendente, sabemos que en cada octava
hay dos intervalos o espacios, entre mi y fa, y entre si y do. A fin de pasar a través de estos
espacios, sin cambiar el carácter o la línea del trabajo, es necesario saber cómo llenarlos. De
modo que, si queremos garantizar la dirección del trabajo-en una línea recta, deberemos
trabajar sobre tres líneas simultáneamente. Si trabajo sólo en una línea, o en dos líneas, la
dirección cambiará. Si trabajo en tres líneas, o tres octavas, una línea ayudará a la otra a pasar
el intervalo, dando el choque necesario. Es importantísimo entender esto. El trabajo de la
escuela usa muchas ideas cósmicas, y las tres líneas del trabajo son un ordenamiento especial
para salvaguardar la dirección correcta del trabajo y tornarlo exitoso.
La primera línea es el trabajo sobre uno mismo: el estudio de sí, el estudio del sistema, y tratar
de cambiar, por lo menos, las manifestaciones más mecánicas. Esta es la línea más
importante. La segunda línea es el trabajo con las otras personas. Uno no puede trabajar por sí
mismo; cierta fricción, cierta inconveniencia y dificultad de trabajar con otras personas crea
los choques necesarios. La tercera línea es el trabajo para la escuela, para la organización.
Esta última línea asume distintos aspectos para diferentes personas.
El principio de las tres líneas es que las tres octavas deberán seguir simultáneamente y
paralelas una con otra, pero no todas empiezan al mismo tiempo y, por tanto, cuando una línea llega a un intervalo, otra línea entra en su ayuda, puesto que los lugares de estos intervalos no coinciden. Si un hombre es igualmente enérgico en las tres líneas, eso le conduce fuera de muchos sucesos accidentales. Naturalmente, la primera línea empieza primero. En la línea del trabajo usted toma: conocimiento, ideas, ayuda. Esta línea le concierne solamente a usted, es enteramente egocéntrica. En la segunda línea, uno no sólo debe tomar sino también dar.comunicar conocimiento e ideas, servir como ejemplo y muchas otras cosas. Concierne a las personas que están en el trabajo, de modo que en esta línea uno trabaja mitad para sí y mitad para los demás. En la tercera línea, uno debe pensar en el trabajo en general, sobre la escuela o la organización como un todo. Uno debe pensar sobre lo que es útil, lo que es necesario para la escuela, lo que la escuela necesita, de modo que la tercera línea concierne a la idea total de la escuela y a todo el presente y el futuro del trabajo. Si un hombre no piensa sobre esto y no lo entiende, entonces las primeras dos líneas no producirán su efecto completo. He aquí cómo está ordenado el trabajo de la escuela y he aquí por qué son necesarias tres líneas: uno puede obtener choques adicionales, y el beneficio pleno del trabajo, solamente si trabaja en las tres líneas.
Si conectamos las tres líneas del trabajo con la idea de lo bueno y lo malo, entonces todo lo
que ayude a la primera línea, esto es, al propio trabajo personal, está bien. Pero en la segunda
línea no se podrá tener todo para sí; hay que pensar en los demás que están en el trabajo, hay
que aprender no sólo a entender sino también a explicar, uno deberá darse a los demás. Y
pronto se verá que es posible entender ciertas cosas sólo explicándoselas a los demás. El
círculo se amplía, el bien y el mal se agrandan. La tercera línea ya se relaciona con el mundo
exterior, y lo bueno y lo malo se convierten en lo que ayuda o estorba a la existencia y al
trabajo de toda la escuela, de modo que el círculo se agranda aún más. Este es el modo de
pensar sobre esto.
Llamé particularmente la atención sobre el estudio y el entendimiento de la idea de las tres
líneas. Este es uno de los principios principales del trabajo de la escuela. Si se lo aplica, se
abrirán muchas cosas. Este sistema está lleno de tales instrumentos. Si los usamos, abren
muchas puertas.

En este aspecto a tratar, quiero centrarme sobre la Primera Línea del Trabajo sobre sí mismo. Pero ello está tan íntimamente ligado a las otras dos líneas, que es necesario explicitar las tres, antes de ser capaces de enunciar algo con sentido sobre la Primera Línea.

Como decimos, la Primera Línea de Trabajo es el Trabajo sobre sí mismo. Lo primero a tener en cuenta es que si una persona no cumple las tareas del trabajo sobre sí, la Segunda Línea de Trabajo seguirá siendo para ella algo teórico que no dará ningún fruto. Será algo absolutamente inútil para ella y ella misma se convertirá en un elemento de distorsión para los demás elementos del grupo de Trabajo.

El trabajo sobre sí se compone de todo lo esencial del mismo en la práctica (o para practicar) y es el punto de partida absolutamente necesario para el que quiere recorrer la senda del desarrollo interior por el método del Cuarto Camino que Gurdjieff trajo a Occidente.

Si una persona no practica la consideración externa (tratar de considerar a los demás y comprenderlos en sus circunstancias personales como se comprendería a sí misma en esas circunstancias), si está continuamente haciendo consideración interior (pensando y llevando cuentas de las ofensas o supuestas ofensas que los demás le infringen) no será capaz de trabajar en conexión con los otros en un grupo y, por supuesto, no será capaz de ser en la vida un buen Maestro de Casa o persona eficiente que cumple sus deberes cabalmente.

A este respecto nos advierte Nicoll, en el tomo III de sus Comentarios Psicológicos, que el trabajo en la Segunda Línea: “exige consideración externa— es decir, ponerse en la situación de los otros. El Trabajo sobre sí nos ayuda a aprender de qué modo se puede vivir más conscientemente en las cuestiones cotidianas. Por regla general nos identificamos a tal punto que terminamos el día en el lado deudor. Todas las cosas “salieron mal” y todo el día estuvo de mal humor. Esto es, la vida lo ha conquistado a todo lo largo del día y eventualmente le ha extraído toda la fuerza consciente que hubiera podido tener. Le ha quitado y en cambio no le ha dado nada. Ya habrán comprendido, ustedes, que es preciso encontrar algo que impida ese drenaje producido por los aconteceres diarios de nuestra existencia mediante el iden­tificarse y el considerar.”

En efecto, la enseñanza del Trabajo afirma en el tema de la mecanicidad que CONVERSACIONES CON OUSPENSKY

PARA EL DESARROLLO DEL SER ES NECESARIA UNA ESCUELA: LO QUE UN SOLO HOMBRE NO PUEDE HACER, MUCHOS HOMBRES QUE TRABAJEN JUNTOS PUEDEN HACERLO. Cuando me encontré con el “sistema” del Sr. Gurdjieff, me convencí muy pronto que estaba conectado con escuelas y que, de esta manera, ha pasado a través de la historia documentada e indocumentada. Durante este tiempo se inventaron y se perfeccionaron métodos.

Las escuelas pueden ser de diferentes grados, pero ahora tomo como escuela a toda clase de escuela preparatoria que conduce en cierta dirección, y una organización que puede llamarse “escuela” del Cuarto Camino es una organización que introduce, en su trabajo, tres fuerzas.
Lo que es importante entender es que hay una especie de secreto en el trabajo de la escuela, no en el sentido de algo realmente oculto, sino de algo que ha de explicarse. La idea es ésta: si tomamos el trabajo de la escuela como una octava ascendente, sabemos que en cada octava hay dos intervalos o espacios: entre mi y fa y entre si y do. A fin de pasar a través de estos espacios, sin cambiar el carácter o la línea del trabajo, es necesario saber cómo llenarlos. De modo que, si queremos garantizar la dirección del trabajo-en una línea recta, deberemos trabajar sobre tres líneas simultáneamente. Si trabajo sólo en una línea, o en dos líneas, la dirección cambiará. Si trabajo en tres líneas, o tres octavas, una línea ayudará a la otra a pasar el intervalo, dando el choque necesario. Es importantísimo entender esto. El trabajo de la escuela usa muchas ideas cósmicas, y las tres líneas del trabajo son un ordenamiento especial para salvaguardar la dirección correcta del trabajo y tornarlo exitoso.

La primera línea es el trabajo sobre uno mismo: el estudio de sí, el estudio del sistema, y tratar de cambiar, por lo menos, las manifestaciones más mecánicas. Esta es la línea más importante.
La segunda línea es el trabajo con las otras personas. Uno no puede trabajar por sí mismo; cierta fricción, cierta inconveniencia y dificultad de trabajar con otras personas crea los choques necesarios.
La tercera línea es el trabajo para la escuela, para la organización.
Esta última línea asume distintos aspectos para diferentes personas. El principio de las tres líneas es que las tres octavas deberán seguir simultáneamente y paralelas una con otra, pero no todas empiezan al mismo tiempo y, por tanto, cuando una línea llega a un intervalo, otra línea entra en su ayuda, puesto que los lugares de estos intervalos no coinciden. Si un hombre es igualmente enérgico en las tres líneas, eso le conduce fuera de muchos sucesos accidentales. Naturalmente, la primera línea empieza primero.
En la línea del trabajo sobre sí usted toma: conocimiento, ideas, ayuda. Esta línea le concierne solamente a usted, es enteramente egocéntrica.
En la segunda línea, uno no sólo debe tomar sino también dar. Comunicar conocimiento e ideas, servir como ejemplo y muchas otras cosas. Concierne a las personas que están en el trabajo, de modo que en esta línea uno trabaja mitad para sí y mitad para los demás.
En la tercera línea, uno debe pensar en el trabajo en general, sobre la escuela o la organización como un todo. Uno debe pensar sobre lo que es útil, lo que es necesario para la escuela, lo que la escuela necesita, de modo que la tercera línea concierne a la idea total de la escuela y a todo el presente y el futuro del trabajo. Si un hombre no piensa sobre esto y no lo entiende, entonces las primeras dos líneas no producirán su efecto completo.

He aquí cómo está ordenado el trabajo de la escuela y he aquí por qué son necesarias tres líneas: uno puede obtener choques adicionales, y el beneficio pleno del trabajo, solamente si trabaja en las tres líneas.
Si conectamos las tres líneas del trabajo con la idea de lo bueno y lo malo, entonces todo lo que ayude a la primera línea, esto es, al propio trabajo personal, línea no se podrá tener todo para sí; hay que pensar en los demás que están en el trabajo, hay que aprender no sólo a entender sino también a explicar, uno deberá darse a los demás. Y pronto se verá que es posible entender ciertas cosas sólo explicándoselas a los demás. El círculo se amplía, el bien y el mal se agrandan. La tercera línea ya se relaciona con el mundo exterior, y lo bueno y lo malo se convierten en lo que ayuda o estorba a la existencia y al trabajo de toda la escuela, de modo que el círculo se agranda aún más. Este es el modo de pensar sobre esto.

Llamo particularmente la atención sobre el estudio y el entendimiento de la idea de las tres líneas. Este es uno de los principios principales del trabajo de la escuela. Si se lo aplica, se abrirán muchas cosas. Este sistema está lleno de tales instrumentos. Si los usamos, abren muchas puertas.
EL PRIMER PRINCIPIO DEL TRABAJO ES QUE LOS ESFUERZOS DAN RESPUESTA PROPORCIONADA AL ENTENDIMIENTO. Si no se entiende, no habrá resultados; si no se entiende, los resultados serán de acuerdo a cuánto se entienda. De modo que la primera condición es entender, e incluso antes de eso, uno deberá saber qué entender y cómo obtener el entendimiento correcto. El trabajo real deberá ser trabajo sobre el ser, pero el trabajo sobre el ser requiere entender los objetivos, las condiciones y los métodos del trabajo. El objetivo del trabajo es establecer una escuela. Para esta finalidad es necesario trabajar según los métodos y las reglas de la escuela, y trabajar en las tres líneas. Establecer una escuela significa muchas cosas.

En el trabajo hay dos condiciones con las que uno deberá empezar; la primera, que uno no deberá creer nada, deberá verificarlo todo; la segunda, una condición más importante todavía, se refiere a hacer. Uno no deberá hacer nada hasta que entienda por qué lo hace y con qué finalidad. Estas dos condiciones deberán entenderse y recordarse.
Es cierto que uno puede darse cuenta que no sabe nada y que no sabe qué hacer. Entonces, uno siempre puede pedir consejo, pero si lo pide, tiene que aceptarlo y seguirlo.
En la medida en que hayan estudiado en la primera línea, han estudiado lo que se les dio y explicó, y han tratado de entender. Ahora bien, si desean continuar, deberán tratar de trabajar en la segunda línea y, si es posible, cómo pasar al trabajo en la segunda línea y cómo enfocar el trabajo en la tercera línea. Sin esto, el estudio no dará resultados.
Ahora formulen las preguntas hasta que estén satisfechos de entender las tres líneas de trabajo: lo que significa cada línea, por qué son necesarias, qué es necesario para cada una de ellas, y así sucesivamente. El provecho que obtengan es siempre proporcionado a lo que entiendan. Cuanto más conscientemente trabajen, más pueden conseguir. He aquí por qué es tan importante que todo esto deba explicarse y entenderse.

mientras permanezcamos en ella la fuerza de que disponemos (que es reserva de la conseguida durante el sueño) nos será extraída continuamente por factores de la mecanicidad del hombre nº 1, 2 y 3 tales como las preocupaciones, la ansiedad, la negatividad en nuestra imaginación y pensamiento y por el fenómeno de la identificación que nos hace perder la consciencia de nosotros mismos, la imparcialidad y, en definitiva, la bendición que supone el Recuerdo de Sí: “Así el Trabajo en­seña al principio: “Un hombre debe recordarse a sí mismo.” ¿Por qué? Porque si cada cual se recuerda a sí mismo, detiene ese terrible drenaje de fuerza que tiene lugar debido al continuo identificarse […] Les aseguro que todos nosotros somos así. Hacemos, debido a este acostumbrado identificarse y de este modo la falta de Recuerdo de Sí —hacemos, digo, las cosas más triviales y estúpidas como si tuviesen enorme importancia y por tanto padecemos esta grave en­fermedad, este mal de la humanidad dormida, que el Trabajo diagnostica como el Identificarse. El señor Gurdjieff decía que era la peor enfermedad del planeta. Y, como es sabido, el sistema del Trabajo explica que cuando un hombre o una mujer se identifica por completo está dormido y en una con­dición de hipnosis y así es usado por los dos pastores de ovejas que controlan para sus propios fines la terminal Tierra-Luna —a saber, carne y lana—. Así las guerras, las revoluciones, las epidemias prosiguen —excelente oportunidad para obtener mucha carne y lana—. Ahora, bien, una de las principales ideas de las “buenas nuevas”, como Gurdjieff llamaba el Trabajo que introdujo en Occidente, es la posibilidad que tiene el hombre de despertar, separarse del hipnotismo Tierra-Luna. ¿Cómo? Por un acto interior llamado Recuerdo de Sí.” (Obra citada, Tomo III).

El recuerdo de Sí, llamado también el “Primer Choque Consciente” es el centro y corazón de la enseñanza del Cuarto Camino como la primera gran consecución a realizar. Luego le siguen otras etapas simbolizadas en lo que se denomina el “Segundo Choque Consciente” o despertar del Centro Emocional Superior que es el supremo objetivo del Trabajo.

Pero para la consecución del “Primer Choque Consciente” es necesario lo que el Trabajo enseña sobre: “la observación de sí, la no consideración, la no identificación, la no auto-justificación, la no auto-compasión, el no abandonarse a las emociones negativas sin lucha alguna, el no creer en los pensamientos que se presentan en los estados negativos, el no permitir que uno se mienta a sí mismo, el no vivir en retratos de sí, y ciento y una otras cosas que hemos estudiado durante todos estos años en este sistema. Pero lo más importante es el Recuerdo de Sí. Si prescindimos del Recuerdo de Sí, prescindimos del verdadero acto psíquico, ejecutamos internamente, que constituye el Primer Choque Consciente. Es mediante el Primer Choque Consciente como nos apartamos del extraño sueño hipnótico de la humanidad sobre la Tierra.

Este es el corazón y la sustancia de las “buenas nuevas” aportadas por Gurdjieff a Occidente —y Gurdjieff lo llamaba el “cristianismo esotérico”—.” (Obra citada, Tomo III).

Respecto del “Primer Choque Consciente” Gurdjieff enseñó que es necesario darlo en el lugar de las “impresiones entrantes” en la máquina humana. Enseñó que el hombre, la mujer, no digieren el alimento de las impresiones. Hemos de decir que el alimento aire se digiere por un estómago: los pulmones. El alimento ordinario (los líquidos y sólidos que comemos) son digeridos por el estómago ordinario, pero para digerir las impresiones que entran por los órganos de los sentidos debe­mos crear un estómago dentro -en el piso superior de esta llamada “máquina humana” por Gurdjieff- que es nuestro cuerpo físico: “¿Cómo se puede “digerir” la vista de una persona que nos es antipática? ¿Acaso todas las personas que conocemos no son impresiones que se reci­ben? El Trabajo enseña que a la máquina humana se le da un choque mecá­nico llamado respiración. Enseña luego que es posible dar a la máquina hu­mana donde vivimos, alimentada por los tres alimentos, primero el alimento ordinario, segundo el alimento del aire y tercero el alimento de las impre­siones, cierto choque que no es dado mecánicamente. Este choque sólo es dado conscientemente. Así es llamado el Primer Choque Consciente. Y, como dije, es este Primer Choque Consciente lo que distingue al hombre inmerso en la vida, dominado por las influencias hipnóticas de la vida, del hombre que se separa del sueño hipnótico y va hacia la Humanidad Consciente, a la cual Cristo denomina el Reino de los Cielos. Así cabe decir a modo de co­mentario que existen los que viven mecánicamente, sólo ayudados por el cho­que mecánico del aire, y los que se dan el Primer Choque Consciente. ¿No ven que los últimos son diferentes de los primeros? La máquina humana puede vivir muy bien sin que se le dé el Primer Choque Consciente. Enton­ces sirve a la Naturaleza y a los propósitos de la terminal Tierra-Luna. Pero el Hombre fue creado como un organismo auto-desarrollante. Fue creado no sólo para servir a la Naturaleza, sino para servir a otro orden de leyes, de las cuales se habla en cada página de los Evangelios. Fue creado con la posibi­lidad de recordarse a sí mismo —esto es, de darse el Primer Choque Cons­ciente—.” (Obra citada, Tomo III).

En definitiva, la enseñanza del Trabajo es extensa y guarda una estrechísima conexión en todas sus partes. Es una enseñanza para practicarla y vivirla como único modo de experimentar lo que dice.

El “Primer Choque Consciente” no está sino apenas esbozado. El Trabajo en su primera Línea, igualmente; lo trataremos de desarrollar en artículos posteriores. Pero lo dicho puede ir ayudando a todo aquel que se quiera interesar por este maravilloso método de Desarrollo interior. Maravilloso y que requiere esfuerzo, valentía y constancia; no apto para los débiles o para los que están contentos sólo con lo que tienen en la vida.

Terminemos con unas palabras de Nicoll: “Pero si alguien quiere ver, formular, comprender y visualizar mentalmente de qué trata el Trabajo, todo cuanto se dijo anteriormente puede ayudarlo en los momentos en que se olvida todo y cae en el sueño. La mente puede en­tonces ayudarlo —pero sólo si ha registrado la fuerza, el plan general, y en verdad el meollo mismo del Trabajo en su memoria. Si el Trabajo sigue siendo algo escrito en un pizarrón y no en nuestros pensamientos más íntimos, entonces nada podrá ayudamos. Nos pasaremos la vida buscando un pizarrón más grande.” (Obra citada, Tomo III

El trabajo es transmitido por los grupos, presididos por una persona que lo ha aprendido y lo practica. Además, existen clases de movimiento basadas en danzas sagradas que Gurdjieff había visto en los templos orientales a los cuales tuvo acceso durante sus numerosos viajes en busca de la verdad; los viajes lo habían conducido a regiones poco accesibles, donde la fraternidad auténtica existe desde la antigüedad y guarda el saber esotérico de la sabiduría. Gurdjieff había conseguido recordar los movimientos y la música que los acompañaba. Esta música y algunas composiciones originales del mismo Gurdjieff fueron transcritas y tocadas por un discípulo, Thomas de Hartmann, músico y compositor ruso.

Existen otros grupos que estudian las leyes de la creación, el mantenimiento y la conservación del universo, que fueron reveladas por Gurdjieff, particularmente, en Relatos de Belcebú a su nieto.

El trabajo comprende tres categorías o «líneas», en palabras de Ouspensky, todas con su propia importancia, aunque primero existe el esencial trabajo sobre uno mismo, un trabajo enteramente personal e interior. Comprende el denominado «trabajo en calma» de la mañana, así como el «trabajo especial».

Después existe el «trabajo para el grupo». Es el esfuerzo, a menudo difícil, de intercambiar constataciones del trabajo sobre uno mismo con los otros miembros del grupo. Por último, existe el «trabajo por el trabajo».NORA SABATER