EL JUEGO SUPREMO DE Ropp
- – EL TRABAJO DE FANTASIA Esclavos y Amos.- ¿Qué es el Trabajo que denominamos Cuarto Camino? Puede ser definido muy simplemente. El Trabajo involucra la transformación de lo confuso, de
un esclavo montado siempre en la decepción convertirse en un Amo integrado e iluminado. Definamos qué pueden significar las palabras Amo y esclavo: El esclavo no tiene control sobre su vida, es empujado por fuerzas externas, está a merced de las impresiones casuales, es un esclavo de los hábitos, la mayoría de ellos malos, es una presa de la
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credulidad y de la sugestión, de las esperanzas y los miedos. Y sobre todo, el esclavo es una criatura
de fantasía. Habita un mundo de sueños. Es dejado apartado del conocimiento real del mundo por un mecanismo existente en su cerebro, el trabajo del cual genera ilusiones y engaños. El esclavo se
miente a él mismo acerca de él mismo, y acerca de todo lo demás. Él no sabe que miente. Es un esclavo que sueña que es libre. Es una mentira que sueña que conoce la verdad. El Amo se ha liberado a él mismo del mecanismo que produce dicha ilusión y del engaño en su cerebro. Él es un habitante del mundo real. Para poder entrar en ese mundo ha tenido que sacrificar
sus sueños. Él se atreve a confrontar la verdad acerca de él mismo y acerca de sus amigos. Él ha sido bastante fuerte y astuto para escapar de la prisión en la que los esclavos pasan sus vidas. Él está completamente despierto. Él ha visto la verdad y la verdad lo ha hecho libre. Pero él ha pagado un alto precio para lograr dicha libertad. Pensándolo muy cuidadosamente, ¿puede usted pagar este precio? ¿Osaría confrontar la realidad? ¿Podría usted soportar conocer la verdad acerca de usted mismo y de su prójimo? La verdad no es finalmente confortable. Aquí, en este País, y en el mundo entero, tenemos varios miles de millones de seres humanos dando vueltas, parecidos a burros ciegos dándole vueltas al molino de caña, forzados desde atrás por el palo del miedo, y jalados hacia adelante por la zanahoria de la codicia que tienen enfrente. El capataz del molino de caña, es un espíritu grande y terrible, y tiene la certeza de que los burros no intentarán escapar. El espíritu lo ha logrado por el procedimiento simple de hipnotizar a los burros, para que piensen que ellos ya son libres. ¿Podría la
parálisis de esta hipnosis ser relajada? La mayoría de los burros no podrán lograrlo. Y cualquier liberador, bien-intencionado, que intentara
despertarlos de su estado de sueño, ciertamente sería atacado, pateado y mordido, si amablemente les sugiriera a los burros que ellos son simples esclavos. Porque tal sugestión le robaría a ellos su más querida ilusión, la ilusión de que ellos son libres y son los amos de sus destinos. Los burros, por mucho, preferirían continuar viviendo en su mundo irreal. Es muy fácil soñar, y es muy difícil confrontar la realidad. Ofreciéndoles una elección entre lo que es fácil y lo que es difícil, los burros inevitablemente seguirán el camino fácil, el camino de menor resistencia. ¿Cómo podría suceder que algunos de esos burros esclavos organizaran el escape del molino y se conviertan en amos? La respuesta es que muy pocos pueden realmente escapar. El capataz del molino, el espíritu terrorífico, tiene algo llamado por los hindúes: maya . Algo parecido al Diablo o al Espíritu de las Mentiras, tiene muchos buenos trucos a su disposición. Él ha estado por aquí mucho tiempo y comprende muy bien las debilidades internas de la raza humana. El Espíritu de la Mentira, sabe que su antiguo adversario, el Espíritu de la Verdad, puede algunas veces influenciar esos burros hipnotizados. Puede darles algunas fugaces vislumbres de la realidad y despertarlos por un momento de la niebla de sus sueños en la que habitualmente pasan sus vidas. Pero esa voluntad es débil comparada con la de su oponente, la voluntad de la decepción. El Espíritu de la Verdad, trabaja a través de la voluntad de la verdad. Pero el Espíritu de la Mentira, conoce cómo contraatacar y neutralizar la voluntad de la verdad, antes que ésta capacite a los esclavos a liberarse ellos mismos de sus ilusiones y engaños. Esto lo hace por la preparación astuta de una falsificación, una imitación del Trabajo real, un Trabajo de fantasía. Es en este Trabajo de fantasía que muchos de los esclavos que tratan de escapar llegan a estar entrampados. El Trabajo de fantasía los capacita a pensar que están trabajando sobre ellos mismos, cuando, de hecho, ellos han meramente intercambiado un tipo de sueño por otro. En el diagrama que titulamos: Las Etapas del Camino , el molino es mostrado rodeado por el bosque. Los esclavos que escapan del molino entran en el Bosque y deben encontrar su camino a través de él, antes de que su trabajo real interior pueda comenzar. Es fácil pederse y extraviarse en
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el bosque, y muchos lo hacen. Éste está lleno de caminos que no conducen a ningún lado, y de personas que se auto-nombran: guías, que no conocen ni pueden orientarse ni siquiera a sí mismos, porque nunca han recorrido realmente el camino de escape por sus propios pies. El bosque también contiene un profundo y sombrío barranco, llamado el mórbido inferior , en el que toda inspiración es perdida, todo entusiasmo se desvanece, y las metas superiores caen en el olvido. Más allá del bosque, visible de tiempo en tiempo entre los árboles, existen dos picos montañosos elevados: la Montaña del Poder y la Montaña de la Liberación. Los vislumbres de estos picos alientan al viajero a presionarse y tratar de encontrar el camino hacia el pie de las montañas. Pero
los vislumbres son sólo ocasionales y es muy fácil olvidarlos.
Habiendo olvidado hacia dónde está tratando de dirigirse, el viajero, una vez más, llegará a estar perdido y extraviado. Debido a lo peligroso del lugar, los esclavos que escapan hacia el bosque, bastantes veces, caen en una condición peor que cuando estaban en el molino. Su situación ahora es peor que la anterior. Al menos, en el molino, estaban moderadamente confortables y a salvo de conocer la verdad acerca de ellos mismos, debido a su estado insidioso de sueño hipnótico. En el bosque, por lo tanto, ya no estarán tan confortables. Ellos ya no podrán refugiarse en sus viejas ilusiones y engaños. Han tenido
vLos esclavos que han escapado del molino y que se encuentran perdidos en el bosque, toman refugio, para paliar su disconfort interno, en el Trabajo de fantasía. Sueñan que ellos están en el Trabajo , pero realmente no lo están. Ellos no han pagado el boleto de entrada requerido. Ellos no
han sacrificado sus sueños ni conquistado sus hábitos mecánicos. Ellos siguen justamente siendo tan esclavos como cuando estaban en el molino, pero la más grande ilusión de ellos, de estar en el Trabajo les impide verlo. Ellos han entrado en un estado llamado: el segundo sueño , del cual es muy difícil despertar. La gente en el segundo sueño, sueñan ahora que están despiertos. El seudo-Trabajo, o Trabajo de fantasía, consiste de una serie de trampas. Trampas muy burdas, pero muy difíciles de ver para los soñadores. Caer en cualquiera de estas trampas sería suficiente para que el Trabajo real se convierta en un cojo. Alguna gente cae en una trampa, otros en otra. Algunos llegan, después de largas luchas y de perdidas de tiempo y dinero, a escapar de las trampas.
Otros escaparán, pero tan dañados, que no podrán integrarse a la sociedad. Otros nunca escaparán jamás, por la simple razón de que no saben que ellos están entrampados. ¿Quién, entonces, puede entrar en el Trabajo real? El Trabajo Real está abierto totalmente, pero únicamente a aquellos que ya pagaron su membresía para convertirse en socios activos del: Club BV . Club BV = Club de Buscadores de la Verdad . Los miembros de este club son conocidos colectivamente como: la Gente de la Verdad , o la Gente de Dios . Para los miembros de éste exclusivo club, Dios es la Verdad, y el motivo del club es fijar la búsqueda de la verdad sobre todos los objetivos de vida. A pesar de que el club BV está abierto para cualquier persona, muy poca gente llega a ser uno de sus miembros. Sobre todo, debido a que no pueden pagar el precio requerido. Para entrar al club BV y llegar a ser un miembro activo con todos sus derechos, uno debe sacrificar sus propias ilusiones, particularmente las propias ilusiones acerca de uno mismo. Esto es lo que la mayoría de las personas no hacen.
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Aun aquellos que han escapado del molino, bastantes veces entran en el Trabajo de fantasía, y conservan sus ilusiones de que han entrado en el Trabajo real y que las han sacrificado. El Trabajo de fantasía toma la forma de 8 trampas típicas. Cualquiera que trate de entrar en el Trabajo Real, cae tarde o temprano en una de estas trampas. Tales caídas son inevitables. Cualquier seguidor realista del Trabajo lo sabe y se prepara para confrontar las trampas por adelantado. Esto
involucra conocer lo qué ellas son, saber detectar si hemos caído en ellas, y saber cómo salir de ellas. Aquí damos las características de las ocho trampas mayores:islumbres de la verdad, y esos vislumbres han echado a perder su sueño. Ellos no son ni esclavos felices ni realmente libres. Y como decía Gurdjieff: Feliz es el que se sienta en su propia silla; mil veces más feliz es el que se sienta en la silla de los ángeles; pero miserable es aquel que no tiene silla.
Trampa # 1.
El Síndrome de Hablar-Pensar.- Esta es una trampa sutil en que muchos caen. Hablar acera del Trabajo. Pensar acerca del Trabajo. Pero hablar y pensar acerca del Trabajo no producirá resultados, sería similar a creer que hablar y pensar acerca del sexo produciría un niño. El Trabajo Real involucra detener el dialogo interno, pero nosotros, que hemos llegado a acostumbrarnos tanto al parloteo incesante, no nos sentimos confortables en ese estado de silencio. Forzosamente tenemos que hablar a alguien acerca de algo, y si no podemos encontrar a nadie, entonces comenzamos a hablamos a nosotros mismos. Este hábito de hablar acerca del Trabajo es alentado por la tendencia de aquellos que piensan que están en el Trabajo , porque se reúnen en algún grupo. Teóricamente, esos grupos se supone que sirven a un propósito útil. Están inventados para alentar el intercambio de observaciones, para promover la objetividad, la sinceridad, y lo demás. Pero la mayoría de esos grupos raramente lo logran, porque, en la mayoría de los casos, la última cosa que la gente quiere hacer en esos grupos es confrontar sus propias debilidades. Ellos están protegidos de tales confrontaciones por un elaborado sistema de amortiguadores o topes, y no tienen intención alguna de sacrificarlos. Para hacer más grave el problema, las personas líderes de esos grupos ignoran completamente la ciencia exacta de los tipos. Debido a dicha ignorancia, ellos no están en posición de comprender las
leyes personales bajo las que los miembros de su grupo operan. Uniendo, la ignorancia del líder promedio de grupo, y la reluctancia de la mayoría de los miembros del grupo a confrontar sus monstruos en sus laberintos personales, no es sorprendente que tales grupos prueben tarde o temprano su inutilidad. De hecho, son peores que inútiles, porque alientan el síndrome de: hablar- pensar. La gente imagina, ya que gastan mucho tiempo hablando acerca del Trabajo, que están por lo tanto en el Trabajo . En los hechos actuales, bastantes veces no saben ni siquiera: qué es el Trabajo. Trampa # 2.
El Síndrome del Devoto.- Un nombre alternativo para esta trampa es: el Síndrome de los Ojos-Estrellados. Éste involucra una devoción fanática y una creencia ciega en su maestro o en la enseñanza. Esta devoción ciega completamente al devoto. Destruye cualquier capacidad para la mentación objetiva, que su víctima, quizás algún tiempo poseyó. Todas las emociones son enfocadas en el Maestro , que alcanza el estatus de un dios a los ojos de los devotos. El Maestro no puede hacer algo malo . La enseñanza del Maestro debe ser aceptada literalmente y en su totalidad . Si el maestro declara que existen dos lunas en el cielo, entonces debe haber dos lunas, a pesar de que uno nunca a visto el rastro de la luna # 2. Si el maestro dice que hay una ley cósmica que causa que los planetas se conviertan en soles, y los soles en galaxias, esto seguramente sucederá algún día a pesar del hecho de que sea físicamente imposible.
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Este síndrome es poderoso y es una trampa peligrosa. El peligro supremo del ser humano no está en
el ratero, en el violador o el asesino ordinario; si no que es ese ojo fanático que en nombre de algún sistema político o religioso, exterminará gentilmente una población entera, y estará perfectamente convencido de que se justifica hacerlo. Su capacidad de destrucción es ilimitada. Están totalmente cegados por su sistema de creencias. Han perdido la capacidad de pensar objetivamente y han destruido en ellos mismos la función de la Consciencia. Casi todos estos fanáticos son victimas de dos debilidades: la credulidad y la sugestión.
Trampa # 3.
El Síndrome del Falso Mesías.- Esta trampa es la opuesta a la anterior. Aquellos que caen dentro de ella llegan a estar convencidos de que ellos son Maestros , capaces de transmitir a otros ciertas verdades vitales acerca de la vida espiritual. La categoría del Falso Mesías no incluye lo que pudiera ser llamado consciencia espiritual estafadora. Tal gente, bastante deliberadamente, para su ganancia personal, inicia alguna falsa religión o grupo, y bastantes veces sacan beneficios. Ellos son simples comerciantes que trafican con sueños. Sus actividades pueden ser vistas como ramas de la industria del entretenimiento. Las victimas reales de esta trampa son bastante sinceras. Ellas realmente creen en lo que dicen. Generalmente han tenido una experiencia religiosa de un tipo u otro. Quizás hayan estado en la India, o robado algunas ideas de algún Gurú. Quizás hayan tomado drogas y hayan tenido lo que es conocido como experiencia psicodélica. Quizás meramente hayan aglutinado ideas juntas tomadas de aquí y de allá, y las presentan como un sistema coherente de su propiedad. Todas las victimas de esta trampa tienen una cosa en común: están en un viaje del ego. Quieren seguidores, entre más seguidores mejor. Ésta es la característica que los distingue de los Maestros reales. Los Maestros genuinos nunca tratan de atraer discípulos. Por lo contrario, tienden a desalentarlos, alertándolos de que el camino es difícil; de que es mejor permanecer confortablemente dormido que llegar a estar medio despierto. Un segundo rasgo es que nunca dejan ir a ninguno de sus seguidores. Quieren conservarlos en un estado permanente de dependencia. Aquellas escuelas que son iniciadas por estos falsos maestros tienen una cosa en común: ninguno de los miembros de la escuela se gradúa. Ninguno de ellos puede ejercer su propia libre voluntad. El falso maestro esclaviza a sus seguidores, exige obediencia total, y desalienta los pensamientos y acciones independientes. Cualquiera que se revele contra esa esclavitud es calificado de traidor. El comportamiento de un Maestro genuino es exactamente lo opuesto. Él alienta a los estudiantes a confiar en ellos mismos, a encontrar su propio camino, a descubrir al maestro dentro de ellos mismos. Él ofrecerá consejo sólo si el consejo le es pedido. Él puede mantener un espejo en el cual aquellos que quieran ver puedan ver, pero no intentará forzar a nadie a mirarse en ese espejo. Él no hará intentos para mantener a ninguno de los discípulos. Si ellos quieren alejarse, él los alentará para hacerlo. Él no está interesado en rodearse el mismo con un grupo de ovejas hipnotizadas que creen en cada palabra esclavizante que le escuchan. Él sólo está interesado en la liberación, no con sustituir una forma de esclavitud con otra. Él no obtiene satisfacción por dominar a sus seguidores. Tales juegos del ego no le interesan. Ya sea que tenga un alumno, o cientos de discípulos o ninguno, para él, es un problema indiferente. Otra característica del Maestro falso es: su amor propio. Ese amor propio toma varias formas. El Maestro se vestirá él mismo con ropajes fantásticos y se adjudicará varios tipos de títulos esotéricos. Él se llama a él mismo como un buen hombre, como un Maestro, como un Kawahan, un Maharishi, un iniciado superior, un mago. Todos sus alumnos deben dirigirse a él como: ¡Maestro!, Y lo deben tratar con total respeto.
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El comportamiento de un Maestro genuino es exactamente lo opuesto. No tiene títítulos, ni se viste con ropajes. En vez de atraer la atención de sus pupilos hacia él, deliberadamente los amonestará, y a veces mostrará comportamientos estúpidos y mundanos. Estando libre del ego es genuinamente indiferente, de si otros lo admiran o no. Él no necesita de su admiración. Ni los insultos ni las lisonjas hacen mella en él. Trampa # 4.
El Síndrome de Organización.- Ésta es una trampa peligrosa, y en la cual la totalidad del grupo puede caer. Juega una parte importante en el Trabajo de fantasía, y quizás sea llamada la piedra fundamental de tal Trabajo de engaño. Esta trampa se desarrolla cuando un Maestro muere y su más viejo discípulo considera su deber, como dicen, continuar el trabajo del Maestro. Así que forma una organización. Se vuelven hacia dentro de una jerarquía. Su rango en la jerarquía depende, no del nivel personal de su ser, sino
de la cantidad de tiempo que han estado en el Trabajo y de su cercanía con el Maestro cuando estaba vivo. Tales jerarquías tienden a llegar a ser fosilizadas. Desalientan la independencia y la libertad de pensamiento, y toman refugio en la ortodoxia rígida. Todas las enseñanzas y los métodos que legó el Maestro deben ser preservados y transmitidos exactamente, así como fueron enseñados. Estos pilares de la ortodoxia nunca notan el hecho de que los tiempos cambian, que los métodos que probaron ser efectivos en un lugar y en un tiempo, quizás no prueben ser efectivos en otro lugar y en otro tiempo. El hecho de que uno haya estado cuarenta o cincuenta años en el Trabajo , no hace de nosotros hombres liberados. Lo así llamado: vieja persona en el Trabajo , quizás hace mucho tiempo perdió la comprensión real de las metas de Trabajo. Quizás esté operando en piloto automático, bastante mecánicamente. Conoce todas las frases estándar y las técnicas aprobadas, y puede recurrir a ellas sin esfuerzo alguno, simplemente por apretar un botón. Ellos parecen, por esta razón, qué tienen autoridad. El hecho es que la gente vieja está espiritualizada hacía un fin muerto. Es muy difícil que otro pueda continuar el trabajo del Maestro. Porque un Maestro genuino, desarrollará sus propios métodos de acuerdo con sus intereses especiales y habilidades. Gurdjieff, por ejemplo, fue, como él mismo lo dijo: Un maestro de danzas . Él enseñó a través de los movimientos. Ciertamente ésta no fue la única manera en la que enseñó, sino que los movimientos jugaron un rol muy importante en sus métodos. Otro Maestro, quizás coloque el énfasis en alguna forma diferente de Trabajo, en la meditación, o en el teatro interno y externo, o en los ejercicios respiratorios. Existen muchas técnicas, algunas útiles para cierto tipo de personas, y algunas otras para otras personas diferentes. Pero los pilares de la ortodoxia consideran que es su deber continuar el trabajo del Maestro . Ninguno de ellos se detiene para interrogarse y ver sí comprendieron ellos mismos la enseñanza real del Maestro. Creen que están en el Trabajo porque se reúnen, charlan, ejecutan movimientos, y que por lo tanto pertenecen a una Tradición. Es parecido a la gente que asiste a la iglesia, ir a la iglesia llega a ser un hábito. El domingo voy a misa porque es domingo. La característica fundamental de los alumnos que caen en esta trampa, es que les gusta que les digan qué pensar y qué hacer. Esto los salva de intentar pensar por ellos mismos. El verdadero Maestro rompe todos los ídolos, agita los sueños de sus alumnos para volverlos insoportables, y destruye la creencia en sistemas rígidos, y es enemigo de lo ortodoxo y de las jerarquías. Él mismo es un espíritu libre y su único interés es ayudar a otros a lograr la libertad, sin
importar los medios más adecuados para lograr dicha meta.