LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN-R.A.Schwaller de Lubicz

La Inteligencia del Corazón (1956)
Existe una advertencia que debe darse al lector que lee por primera vez el trabajo de R. A. Schwaler de Lubicz donde él usa palabras y formas de pensamiento extrañas para nuestra actual mentalidad racionalizada pero con la intención de describir o, quizás, evocar en nosotros una mentalidad completamente diferente a nosotros mismos, una que pertenezca a los sabios del antiguo Egipto. Y es por esa razón, más que por ninguna otra, que puedan surgir dificultades para nosotros en su lectura. Generalmente, estas dos operaciones mentales complementarias pueden designarse como analíticas (nuestro modo habitual presente) y en un modo analógico antiguo, pero estas palabras deben de ser tomadas en un sentido más profundo que el modo adscripto a ellas en el presente. Los escritos de Schwaler de Lubicz, entonces, actúan como una “sinapsis” entre estos dos polos de la inteligencia, y encuentra que una clara, lógica exposición_ que puede ser su arquitectura, científica o mitológica_ pude bruscamente elevarnos o expandirnos en un inmenso campo-pensante interconectado de una calidad extra racional, en el que múltiples significados simultáneos, que mientras que caen sin cuidado, no podrán ser alcanzados por nuestra mente racional.. Estas fluctuaciones no anunciadas entre nuestros dos modos de conocimiento primarios, es en primer lugar desconcertante, pero si uno persiste (algunas veces sin proponérselo realmente) uno puede obtener destellos de una nueva relación entre el conocimiento interno y el sensorial basado en el análisis externo. Derivado de su extenso análisis de los monumentos Egipcios y escritura hieroglíptica, Schwaler de Lubicz encontró dos formas de pensamiento cualitativamente diferentes habilitando la psiquis humana y así un convincente soporte en la actual investigación del cerebro.
Los experimentos con individuos con daño cerebral reveló una separación distintiva o lateralización de las funciones corticales dando lugar a un área de investigación científica conocida como” mentalidad derecha e izquierda”. El hemisferio izquierdo procesa información secuencialmente, el hemisferio derecho simultáneamente accediendo a varios temas a la vez. El hemisferio izquierdo trabaja en serie; el derecho en paralelo. El hemisferio izquierdo es como una computadora digital, el derecho como una computadora analógica.
Esta localización en el hemisferio derecho de aspectos intuitivos muy altos del pensamiento junto con la capacidad de un patrón no verbal de reconocimiento es congruente con la calidad dominante de la mente en la que, según entendió Schwaler de Lubicz, pudieron haber producido la arquitectura y escritura hieroglíptica de los antiguos egipcios.
Schwaler de Lubicz creía que a través del mito, imagen y geometría proporcional, los egipcios estaban capacitados para encapsular en su escritura y arquitectura los patrones básicos estructurales del universo natural..
Las investigaciones cerebrales revelan que la habilidad musical parece estar también localizada en el hemisferio derecho, especialmente el recuerdo y reconocimiento de tono, armonía y melodía. Estas aptitudes musicales involucran el patrón de reconocimiento auditivo a menudo de naturaleza holística y simultánea, muy distinto del proceso analítico y verbal que está localizado exclusivamente en el hemisferio izquierdo. La separación de lo visual y verbal y lo intuitivo y zonal tiene implicancias más profundas para definir la diferencia entre el conocimiento esotérico y exotérico.

Se ha sugerido que durante nuestra reciente evolución de lo intuitivo, no-verbal sensitivo del hemisferio derecho fue oscurecido por el surgimiento del desarrollo activo del hemisferio izquierdo, hemisferio analítico. Se propone que este desbalance de la representación intracortical de la comunicación debe ser considerada como causa rudimentaria de los conflictos, desórdenes y discrepancias que actualmente prevalecen en nuestra vida intelectual y social.
En este breve trabajo, Schwaler de Lubicz , examina el simbolismo o quizás el método simbólico en general, no desde el punto de vista de nuestro uso contemporáneo de los símbolos como designaciones convencionales, abreviaciones, o como literatura, dispositivo metafórico, sino con el sentido de transmitir un conocimiento supraracional preciso y una visión intuitiva, la cual él argumenta, fue el mayor aspecto de la ciencia antigua.
La actitud simbólica del conocimiento antiguo cultivaba el intelecto extendiendo la atención a todos los fenómenos de la naturaleza como una escritura simbólica revelando las fuerzas y las leyes que gobiernan los aspectos energéticos e incluso espirituales de nuestro universo.
La ciencia moderna, particularmente la física subatómica, tiene, como señaló Schwaler de Lubicz, extendido su conocimiento sobre la materia hasta el punto en que la naturaleza debe ser considerada supraracional (estando más allá de los métodos y formulas racionales). Estos nuevos descubrimientos e ideas, él enfatiza, demandan un nuevo y todavía no encontrado vocabulario, así como un acercamiento radicalmente diferente a la educación y al conocimiento mismo.
Esta visión coloca a Schwaler de Lubicz como una variante con algunos escritores contemporáneos como Fritjof Capra quien, en el Tao de la Física, contempla la posibilidad de que nosotros podemos con los actuales métodos científicos movernos hacia una ciencia con dimensiones espirituales. Schwaler de Lubicz niega esta posibilidad, enfatizando que para lograr una ciencia sagrada se requiere una transformación mental que pudiera alterar considerablemente nuestra relación con el conocimiento y su expresión. Es aquí donde una comprensión de la inteligencia hieroglíptica de los antiguos pudiera asistir al pensamiento contemporáneo para sobrellevar la traba que representan actualmente nuestra percepción y metodología racionales.
Permítasenos aclarar las diferencias en el proceso de simbolización pertenecientes a cada una de estas dos mentalidades, sin dudas el tema subyacente de este libro es el intento de conducirnos desde nuestro modo de lectura rígida, lógica y secuencial, hacia la inmediatez y sentido de identidad avalada por la imagen hieroglíptica. Es a través de la riqueza y exactitud de la escritura hierática antigua que el pensamiento analógico se levanta de lo subjetivo, poético o la introspección personal y hacia una actividad del conocimiento, precisa, comunicable y universal y sobre la cual puede fundarse una ciencia de la naturaleza.
Nos permitimos ampliar esta comparación. Con nuestra forma actual de escritura nosotros usamos arbitrariamente símbolos abstractos formados (nuestras letras alfabéticas) que combinan sonidos memorizados y asociaciones visuales. Estamos entrenados para pensar y comunicarnos a través de este alfabeto, ubicadas en algunos (otra vez memorizadas) grupos o palabras por convención relacionadas a imágenes objetivas en nuestras mentes. Para simplificar, cuando leemos gato, inmediatamente registramos la imagen del gato.
Esta reducción habitual desde una abstracción mental no-objetiva a una imagen delimitada puede verse como una acción inicialmente centrípeta, que ulteriormente dispersa la percepción y conocimiento en una clasificación de factores desconectados. Usamos los números de un modo similar, moviéndolos desde los símbolos abstractos a evaluaciones cuantitativas. Pero la escritura hieroglíptica trabaja en forma opuesta o en dirección centrífuga. La imagen, la forma se concretiza delante nuestro, y podemos expandirla, evocando en el observador preparado un complejo total de abstracciones, nociones intuitivas o estados del ser_ cualidades, asociaciones y relaciones que no pueden ser descriptas o definidas sino es por la experiencia. Un sentir centralizado de unificación. Incluso las palabras más abstractas o filosóficas necesitan ser ligadas a una imagen que se forma de palabras para llegar a convenir un significado que más tarde resulta de éste movimiento expansivo de la mente. Se requiere un método de avistamiento comparable a nuestra facultad de escuchar; uno debe aprender a escuchar la imagen simbólica, permitiéndole entrar en nuestra conciencia, así como un tono musical pudiera directamente resonar en el ser profundo, sin ser bloqueado por la mentalidad superficial. En el momento de una identificación interior y el aspecto tangible de la palabra evocada por el símbolo, tenemos la oportunidad de vivir este conocimiento.
Lao-Tzu nos dice “Por el método hierático simbólico el asunto no es ya traducir cosas en términos sensoriales, sino ponernos en un estado –mágicamente- idéntico al del símbolo-objeto, tanto como volverse pesado con su cualidad de peso, volverse rojo con su cualidad de rojez y quemarse con su cualidad de fuego”
Es así que estos dos procesos mentales revierten la secuencia de movimientos centrífugos y centrípetos. El modo analítico primero reduce la abstracción a una imagen definida, seguido de una proliferación de hechos desconectados. El modo analógico, por otro lado, primero expande la imagen en asociaciones alejadas y luego la unifica.
Experiencias recientes con delfines nos dan un ejemplo de lo que podríamos considerar una escritura sonar pura. En Los Dragones del Edén , Carl Sagan reporta que “…delfines y ballenas establecen su ubicación por una técnica de sonar muy elaborada, incluso se comunican entre ellos por un rico y elaborado conjunto de clicks, cuya interpretación fue muy trabajosa para ser comprendida por el ser humano.
Una sugerencia reciente muy inteligente, que no está siendo investigada, es que la comunicación delfín a delfín implica una recreación en el sonar de las características que reflejan los objetos descriptos. Según esto, el delfín no “dice” una sola palabra por tiburón, pero transmite un conjunto de clicks que corresponden al espectro de audio-reflexión que se obtendrían de la irradiación de ondas de sonido de un tiburón en el sonar del delfín. La forma básica de la comunicación delfín a delfín desde este punto de vista pudiera ser una especie de onomatopeya aural, dibujada desde un cuadro de audio frecuencia en este caso, caricaturiza un tiburón. Nos podemos imaginar la extensión de este lenguaje desde lo concreto a ideas abstractas, y por la utilización de una especie de audio rebobinado ambos análogos al lenguaje humano escrito en la Mesopotamia y Egipto.
Incluso sería posible, entonces, para los delfines crear extraordinarias audio imágenes desde su experiencia más que desde su imaginación”.
Para expandir uno debe primero compactar; para compactar uno debe primero expandir. La proyección sin límites de la mente analítica que se prende de las objetivaciones fijadas y cuantificadas con relaciones que dependen de una lógica de ecuaciones, era bien conocida por los antiguos pensadores, parece haber sido un esfuerzo restringir su uso. En el Teatro de las Iniciaciones que se atribuye a Hermes Trismegisto, encontramos un diálogo entre Hermes y el iniciado Asklepios quien pregunta:
Asklepio; ¿ no son entonces todos los hombres igualmente conscientes, Trimegisto?
Hermes: no todos, Asklepios, tienen verdadera inteligencia. Ellos se engañan por ser colocados después de las cosas sin haber buscado la verdadera razón de si mismos. Es por eso lo maligno se produce en el hombre, y es la primera de todas las criaturas que se baja a si mismo casi al nivel de los brutos.
En una frase este texto Hermético revela su inteligencia (que la sociedad del Oeste ha exagerado y sobre la cual se volvió dependiente) como la fuente de lo maligno en este mundo_ maldad que es entendida aquí como desorden desarmonía y oscuridad que existe entre la humanidad, naturaleza y Dios.
Obviamente, se necesita un entrenamiento especial para utilizar el Método Simbólico; además, se necesita una reorientación y una reeducación intencional de la humanidad para progresar en dirección a una conciencia expandida que se requiere para nuestra evolución. La necesidad para este crecimiento de la conciencia nos lo impone en la actualidad la crisis y la confusión existente en todas las esferas de la vida_ moral, filosófico y desarrollo científico.
El primer paso para el cambio de nuestra inteligencia sería especificar exactamente las implicancias de los peligros, limitaciones y problemática de nuestros métodos actuales; y en segundo lugar, encontrar y comprender las técnicas precisas del pensamiento aplicado en épocas anteriores que despliega una más rica integración del cuerpo mente y espíritu. La penetración de Schwaler de Lubicicz en el método simbólico Egipcio puede ser de ayuda en esta necesidad urgente de transformación.
Concluyendo, puede ayudar el dar un ejemplo de la lectura hieroglíptica, basado en otro trabajo de Schwaler de Lubicz, en la que amplifica los conceptos esenciales presentados aquí.
Se debe destacar en primer lugar que no todos los hieroglifos eran descripciones claras de las especies animales, plantas, etc. A menudo una única imagen era tomada de una colección de partes tomadas de varias especies ( la cabeza de un león con el cuerpo de mujer, un cuerpo de codorniz con alas y cabeza de pato). En este sentido la imagen como un todo pueden retratar sutiles combinaciones e intercambios que ocurren en el intercambio energético de la naturaleza. Nos contentaremos aquí con la simple imagen del chacal y el modo en que esa imagen se expande en múltiples niveles y asociaciones lejanas.
En civilizaciones como la del Antiguo Egipto, que nosotros presuntuosamente llamamos “trabajo animal primitivo”, no era un trabajo del animal mismo, sino la concreción de la función vital sobre la que cualquier animal se encarna. No era, en realidad, un trabajo; era una meditación utilizada para sostener y clarificar una función esencial de la naturaleza, esto es decir, una medida, un dios. Los egipcios vieron que el chacal encarnaba ciertas características, funciones y procesos de la Naturaleza Universal. El chacal es un animal que desgarra la carne de su presa, que luego entierra y que no come hasta que esté podrida. A partir de la observación de este comportamiento real, se volvió un símbolo tanto de los procesos metafísicos como físicos: la digestión
La digestión es uno de los procesos universales que todos los seres de la naturaleza deben realizar (otros incluyen el crecimiento, asimilación, coagulación descomposición, transformación) la sabiduría Egipcia nos enseña que ninguna forma o ser puede comenzar el proceso de reencarnación antes de que su forma o envoltura corpórea se haya desintegrado. Anubis con su cabeza de chacal siempre se la representa llevando el alma del fallecido hacia los reinos bajos, o mundo de las transformaciones.
En la momificación. Los órganos del fallecido se extraían y se los colocaba en urnas. La urna que contenía los intestinos tenía representado en ella un chacal. El intestino continúa la digestión iniciada en el estómago. El chacal incluso transforma la carne putrefacta en un alimento para las crías. “Lo que sería venenoso para la mayoría de las otras criaturas para él es un elemento de vida a partir de la transformación que se extraen de la descomposición”
En chacal es también un símbolo de enjuiciamiento; se lo llama “el juez” porque, al comer desarrolla una discriminación innata, precisa, de aquellos elementos que son pasibles de transformación y futura evolución de aquellos elementos que no son transmutables en su presente ciclo.
La digestión es un proceso destructivo; esto es un análisis, un desmenuzamiento de un material en sus elementos constitutivos. Nuestras mentes analíticas son chacales en función. No solamente es que analizamos a nuestra sociedad como si sufriese una descomposición pero nuestra mentalidad analizadora y separadora es la fuerza que la está destruyendo. Nosotros estamos desintegrando los átomos de la materia sino también nuestras instituciones sociales, las características de nuestra composición psicológica y el buen desarrollo físico, y otras manifestaciones como la religión y las enseñanzas espirituales de muchas culturas. Pero por otro lado quizás estamos realizando una disección en armonía con las leyes de la naturaleza, donde la muerte de lo viejo da lugar al nacimiento de lo nuevo. El chacal, de alguna manera, de forma innata sabe que el análisis destructivo se debe detener en el momento justo. También entierra los bocados o las piezas de carne_ o estas fases en la vida colectiva de la humanidad_ que se volverían indigeribles, un estado de disociación no transmutable o caos; entonces la posibilidad de un renacimiento cíclico, en una continuidad de muerte a una nueva vida estaría perdida.
La sabiduría Egipcia nos diría que tenemos que trabajar como funciona el chacal en nosotros, y descubrir a partir de esto, a través de la identificación, las leyes y el momento precisos para aplicar este delicado proceso de transmutación de nuestra época.
La búsqueda en el cerebro moderno sugiere que la separación de las funciones intelectuales es el resultado de nuestro evolucionable contenido y que ofrece posibles razones simbólicas para la utilización de estas curiosas imágenes animales en el arte antiguo, mitología y los hieroglíficos.
Si trasladamos la teoría de Schwaler de Lubicz a los parámetros fisiológicos modernos podríamos decir estas imágenes son en realidad un lenguaje analógico describiendo niveles de información somática derivadas de las experiencias de evolución que se inscribieron en la neurofisiología y morfología de nuestro cerebro. Su estudio sobre el simbolismo antiguo sincroniza con el reciente trabajo de investigación de Paul D. MacLean.
MacLean propuso que la división anatómica del cerebro en cerebro posterior, cerebro medio y cortex cerebral trabajan en paralelo con distintas funciones que desarrollaron en las distintas fases de nuestra evolución: el cerebro posterior (tronco, puente, médula y cerebelo), controla las reacciones automáticas y autonómicas particularmente involucradas con mecanismos territoriales de sobrevida y agresión desarrollados durante nuestra fase de evolución como reptiles. El cerebro medio o sistema límbico, que contiene las glándulas endócrinas craneales que gobiernan el desenvolvimiento sexual, el dormir, los sueños, pasiones, placer y dolor, las emociones, la ansiedad, la función mental temprana de retención visual surgen durante el período mamífero temprano. El último en desarrollarse es el córtex cerebral el que controla las actividades cerebrales conscientes como el razonamiento la acción voluntaria, análisis, lógica, cálculo, motilidad voluntaria. Cada estructura cerebral nueva se desarrolla periféricamente, envolviendo las estructuras cerebrales antiguas. Por debajo del cortex cerebral las dos estructuras más tempranas aún siguen actuando como lo hacían en nuestros remotos ancestros.
MacLean sostiente que “El cerebro humano” acumula para las tres computadoras biológicas interconectadas, cada una de ellas con su inteligencia especial, su propia subjetividad, su sentido propio sobre tiempo y espacio, su propia memoria, motricidad, y otras funciones. Cada cerebro corresponde separadamente a un escalón de la evolución. Los tres cerebros se pueden diferenciar neuroanatómicamente y funcionalmente y contienen un estricta distribución diferenciada de neurotransmisores, dopamina y colinesterasa. Con este nuevo hallazgo científico podemos comprender lo declarado por Schwaler de Lubicz que la simbología animal, como deidades con cabeza de pájaro o reptil se usaban para evocar cualidades particulares y “fases de conciencia” en la evolución continua de la conciencia humana. Así como Carl Sagan propuso”…el sello del éxito, en civilizaciones de larga trayectoria es el de conseguir mantener el orden entre los diferentes componentes cerebrales”.
Y como Schwaler de Lubicz indicó, Egipto y otras culturas se basaron en el método simbólico, donde ciertamente, a través de los símbolos, educando a las estructuras neurológicas del cerebro a mantenerse en una activa conexión consciente, no solo entre los lóbulos bilaterales del cortex cerebral, sino también con los impulsos y la información subliminal recibida desde los antiguos y profundos centros límbicos y reptíleos, de modo que estos aspectos de nuestra naturaleza pudieran ser integrados a la actividad de nuestra mente razonante.
La evidencia experimental indica que en nuestro cerebro existen vestigios que aún funcionan de nuestra mente corporal más alejada. Como sugirió Schwaler de Lubicz, podríamos pensar que estos vestigios no solo como conductas animales establecidas, aspectos inconscientes de nuestra conciencia, sino también como una vasta conciencia instintiva de las leyes de la naturaleza, que nuestra experiencia como animales y reptiles nos ha dejado. En lugar de reprimir o ignorar la totalidad de nuestra evolución, no deberíamos buscar la forma para incorporar este vasto contenido simbólico de nuestros antiguos cerebros dentro de nuestra inteligencia actual? Dado que el símbolo es la representación material de cualidades inmateriales y sus funciones. Es una objetivación de cosas subjetivas en nosotros y subliminales en la naturaleza, abriéndonos a una percepción del mundo que puede despertarnos al conocimiento contenido en nuestra alma.
Hay quienes pudieron predecir los grandes avances intelectuales y espirituales más allá del impedimento que tiene en este momento la humanidad. Pero en el trabajo de Schwaller de Lubicz nos da una dirección, sin abandonar las facultades racionales en el éxtasis del yoga, sino con una integración de esto con una inteligencia innata más alta. Esta orientación consiste en “técnicas de pensamiento” como las leyes de “cruce” e “inversión”, la aplicación de los principios del “momento presente” y la “simultaneidad de los opuestos”, así como la percepción de las ciencias matemáticas. Todo esto requiere la utilización todavía no formulada de símbolos que puedan sintetizar las dos formas complementarias de nuestra inteligencia y de esta manera estimule y permita el crecimiento de la conciencia.
El ensayo de R. A. Schwaler de Lubicz – Símbolo y Simbolismo- presentado en El Cairo en 1951, claramente se basa en la filosofía Faraónica como él enfatiza en su prefacio. Por este motivo las ilustraciones de las auténticas tablas faraónicas fueron incluidas en esta nueva edición, no solo por una razón estética sino para hacer que el lector se sumerja en la realidad representada en estas figuras, realidad que aún hoy vive tal cual fue en los tiempos antiguos. La contemplación de estos ofrecimientos de ofrendas nos introduce tanto en el misterio Egipcio, y, muy raro, en algunos de los descubrimientos científicos recientes.
El lector moderno se asombrará al observar las extrañas figuras de las tumbas reales subterráneas, que por siglos permanecieron misteriosas e inexplicablemente, encontrar que ha progresado la ciencia expresada en términos del siglo veinte.
Incluso actualmente algunos detalles ejemplificados en las tablas permanecen oscuros. Por ejemplo las Horas de Ra. Las formas están entre sus dedos (¿), sus sombras están más debajo de sus frentes (¿). Ellos conducen a este Gran Dios del oeste, cuyas formas son misteriosas, hacia sus horas. Ellos hacen lo que deben hacer, pasan y entran a la tierra, dentro de la caverna de quien esconde sus horas, mientras que sus sombras cargan los rayos y sus rayos están en la carne del que los esconde. El dios ha pasado el límite. Aquellos que lo siguen, sus almas, los cuidadores de su cuerpo entran en la oscuridad después que Ra ha pasado.
La inscripción que acompaña esta extraña configuración nos deja realmente perplejos. Podemos simpatizar rápidamente con los alumnos de Egiptología quienes, después de largos años de estudio han priorizado los hieroglíficos y gramática_ a los que se aplica con estricto sentido como “textos seculares”_ para enfrentarlos con textos mitológicos por lo menos como enigmáticos como representaciones que ellos pretenden explicar.
Es imposible pensar que los antiguos cubrieran cientos de metros de paredes y cielorrasos en la roca de largos corredores culminando en la Cámara Funeraria de la tumba, con figuras sin sentido.
Si nosotros desechamos la observación de estas figuras y textos como sin sentido, estaríamos entonces confrontando la posibilidad de que estamos tratando (como los textos mismos indican) con una cosmogonía sumando la totalidad de los problemas que surgen a partir del misterio de la creación, una creación siempre presente y constante.
Pero como observa Alexandre Piankoff, uno de los grandes especialistas en el estudio de estos textos, una gran parte de esta cosmogonía se nos escapa: como lo perdido en las épocas medias, los Egipcios a menudo se contentaban con indicar con algunas palabras o una frase que el iniciado o el sacerdote tenían que recitar con el corazón. Pero nosotros, generalmente somos incapaces de descifrar estos símbolos, que aluden a mitos egipcios, sobre los cuales tenemos una borrosa noción. La llave para gran parte de estas concepciones filosóficas del mundo antiguo se ha perdido, y a menudo estamos tentados de aplicar a estos escritos el concepto vago de misticismo. Ahora, nosotros no estamos trabajando con el misticismo, pero, como ha sido comprendido por los egipcios del Nuevo Reino con la física, que extrañamente recae en las ideas de Heráclito de Efeso. Ciertamente, así como yo comparé la derecha e izquierda de las paredes de la cámara mortuoria (de Ramses VI), me viene a la memoria los versos de Lucrecio:
“el sol en su pasaje debajo de la tierra, en el momento de su regreso al horizonte,
Lanza hacia adelante sus rayos,
Con los cuales incendia el cielo,
O nuevamente a la hora determinada,
Se recogen los fuegos, encausándolos regularmente desde numerosos átomos de calor,
Que cada día producen un nuevo sol, dotado con una nueva luz.
Entonces se dice, que desde lo alto de la cumbre uno percibe,
En el nacimiento del día, los fuegos escarlata, los cuales emergen
Como una suerte de globo singular, y forman un disco perfecto”.
En un camino semejante y usando determinadas llaves que nos ofrece de Lubicz, el observador moderno puede empezar a transcribir las extrañas imágenes de antiguas figuras en abstractas formulas de varias leyes y propiedades de la materia y movimiento que nos ofrece la ciencia moderna. Por ejemplo, podemos interpretar el rol predominante que en la mitología Egipcia dan a entidades negativas y resistentes como Seth (el oscuro antagonista de Horus), la serpiente Apophis, etc. Como correlaciones específicas con las cualidades físicas, como resistencia, inercia, y entropía. Otro especialista, intrigado con estas entidades negativas, escribe: ¿Por qué esta rebelión fue concebida como un elemento de creación, mientras que hubiera sido suficientemente simple omitirla, y así asegurar un universo de eterna felicidad?. En efecto, encontramos aquí una idea que frecuentemente aparece estudiando los textos Egipcios: el mito, por lo menos en su forma más primitiva, no es una concepción pura de la mente o el espíritu, sino que a veces aparece como una tentativa pre-científica para definir y explicar aspectos del universo y las fuerzas que lo dirigen. Ahora, el desorden, tormentas, el fluir del rio (Nilo) insuficiente o excesiva, desastres de la tierra o cósmicos son la parte visible del universo creado.
Para resumir, aquellos que estudiamos en profundidad los escritos faraónicos unánimemente observamos que los antiguos Egipcios revelaban, a través de sus historias, figuraciones y máximas, una forma de pensamiento que es equilibrada y clara al tratar con la vida concreta. Es muy diferente la teología Faraónica, “donde la lógica está ausente…” Pero, si inclusive acepta la naturaleza de los mitos antiguos como “pre-científicos” que intentan explicar el universo, la mente occidental se desconcierta por la falta de racionalidad en su presentación.
El egiptólogo alemán E. Hornung ofrece una valiosa introspección con respecto a lo que parece inconsistente: de acuerdo a la lógica occidental, es una contradicción impensable para el creyente como una unidad absoluta y al mismo tiempo como múltiple, es sorprendente para nosotros que las dos formas de pensamiento tan fundamentalmente diferentes, no se anulen entre ellas, y aparecen por el contrario como complementarias… Más tarde, tras haber observado, que cada aplicación de nuestra lógica dualista para con la teología Faraónica nos conduce a contradicciones insolubles, el mismo autor llega a la siguiente conclusión:
La noción de complementariedad por largo tiempo jugó un importante rol en el enriquecimiento de la lógica clásica. Neils Bohr la introduce en la física en 1927 para enriquecer el comportamiento extravagante del quantum energético, y explicar la simultaneidad de ubicación, de la impulsión, de la onda y partícula, que es imposible calcular con la lógica tradicional.
Paradógicamente, el empirismo no mitigado del método científico moderno, ha llegado a un extremo en el que sus formulas matrices y los métodos para explicar una visión del mundo estrictamente materialista, ofrecen ahora una potente herramienta para resolver los enigmas metafísicos planteados por la cosmogonía antigua.
Los Textos Tradicionales de iniciación pueden ser leídos y estudiados de dos formas. Uno de ellos tiene que ver con el significado exotérico (histórico), que generalmente sirve como base, esto es, un símbolo, en el sentido esotérico (expresado a partir de lo simbólico) donde estos textos, leyendas, y representaciones no se hubieran transmitido la gente las hubiera visto como sin sentido más que como historias formando una imagen que ellos pudieran entender y eventualmente transmitir.
El exoterismo es entonces necesario, dado que el pensamiento necesita un soporte. Pero cuando es cuestión de penetrar el pensamiento de una época o el significado secreto de los textos (un significado que es la base del conocimiento Egipcio, por ejemplo) solo lo simbólico puede llegar tan lejos. Lo simbólico se apoya en la expresión artística, en los temas de las representaciones, en principios arquitectónicos, en parábolas, leyendas, y otros escritos. Las últimas se presentaban de forma cabalística, uno de estos aspectos era dirigido a los no iniciados, y pueden, en gran parte ser transcriptos. Tan pronto como la palabra secreta es usada, la pregunta que surge de inmediato es, “què secreto”?. Tan solo veinte años atrás hubiera sido muy difícil de responder, dado que nadie podía comprender que podrían ser avances en la ciencia sin que cada descubrimiento fuera puesto a disposición del público ( Por ejemplo; los Vedas y los Gitas de la India; Génesis, los Profetas, y otros textos de la Biblia Hebraica; el Apocalipsis, y gran parte de las Epístolas de los Apóstoles; los textos de la Pirámides y muchos otros textos Egipcios; representaciones en India, Babilonia, Creta, Asia menor y especialmente el Antiguo Egipto)
En realidad son los “amateurs” quienes largamente contribuyeron, no a la ciencia, hablando con propiedad, sino sus aplicaciones. Ahora mientras que una ciencia “mecanicista” ( incluyendo la mecánica de las moléculas en química) Está dentro de lo comprendido de cada inteligencia_ ciencia pura, la única ciencia sin ambigüedad, cada pensamiento conduce al reino del determinismo racionalista_ no se encuentra más accesible para todos. En los pasados 30 o casi 40 años la orientación del pensamiento científico se ha modificado completamente, comparando con aquello que todavía se mantenía en el último siglo. Es alentador ver como unas pocas personas están atentas a la revolución actual del pensamiento, que no influenciará de ninguna manera al mundo por venir_ una revolución velada por muchas preocupaciones inmediatas (incluyendo el miedo a la guerra atómica) que afecta a la vida moderna.
¿Cuál es el secreto? Pero no es artificioso, es evidente. ¿Quién es capaz de comprender los temas del principio de relatividad y sus ramificaciones? Incluso entre los grandes matemáticos hay unos pocos capaces de llegar al fondo de este estudio. Considerar entonces, el aporte de Louis de Broglie cuando dice que, después de estudiar la constante de Planck por 25 años, aun no pudo agotar a fondo el significado completo sobre el quantum de energía y su acción. La riqueza de ciertas “iluminaciones” del pensamiento moderno es tal, que se agotaría con mucha dificultad. Esta brutal evolución, ubicaría a la ciencia en las manos de una elite restringida, crearía una nueva aristocracia después del empeño del proletariado y la emergencia de un gobierno de tipo “tecnocrático” , los que están, quizás, destinados al fracaso. Vemos al poder político pasando progresivamente a las manos de pequeños grupos doctrinarios, y Rusia es un ejemplo válido del surgimiento lógico del principio socialista, que proviene de un comando proletario. Pero esto es meramente una cuestión de poder político, opuesta a lo que debería necesariamente surgir, curiosamente, el poder científico. Si en anterior podía influir en la conciencia popular, por la fuerza, el último mucho más trágico tendría influencia en el destino espiritual, no por la fuerza, sino por convicción. Entonces las masas no tendrían más la posibilidad de elección excepto creer en que un pequeño grupo de hombres lo entendería. Creer y obedecer: todavía es el caso hoy día, pero esto obviamente empeorará.
Este no es “el templo falso”, la falsa “religión”, que está basada, no en el espíritu sino enun asuntoperecedero y la ciencia de su destrucción?
Ahora nadie quiere esta “religión” en la que existe el sinsentido y se está extendiendo: el gobierno mundial se muestra como la única solución general. Por otro lado, los científicos no admiten más, ser controlados por la política: son ellos los que mantienen el “secreto”.
Este secreto no se oculta a nadie, no más que lo era la enseñanza esotérica en el antiguo Egipto: uno tendría que haber desarrollado las facultades necesarias para comprenderlo. El ejemplo que hoy día nos ofrece la ciencia es una imagen para explicar la naturaleza del Templo de una ciencia esotérica.
Permítasenos no creer en lágrimas de cocodrilo de los científicos ante el pronóstico de destrucción de la humanidad: estos hombres saben que no pueden seguir parando su búsqueda, y que, Habiendo tenido éxito en la fisión de metales pesados, sueñan con la fusión de elementos livianos.
Ellos saben que necesitan ir todo el camino liberando la energía que “Dios” imprimió en la materia.
Esta consideración nos permite prever dos posiciones: aquella que cree en una ciencia liberada constructiva, ciencia del génesis, y aquella que acepta una ciencia puramente analítica y racional, una ciencia de violenta destrucción. Egipto, bajo esta mirada, parece haber sido el mayor centro de Maestros de la ciencia creativa. Esto explica su extrema importancia en el presente, Winston Churchill propuso la concreción de un supergobierno mundial, durante un discurso realizado en Copenhagen en octubre de 1950. En relación con esto, se destacan varios comunicados hechos a la prensa por Albert Einstein y no podríamos dejar de ver algo más explícito o una fuente mejor.
Egipto tiene especial interés para los buscadores ya que ofrece sus ruinas, textos intactos y monumentos. Los textos de las pirámides de la Quinta Dinastía están muy claramente grabados en la piedra; nadie fue después y cambió la más mínima marca. Entonces, tenemos aquí documentos únicos en el mundo, los más antiguos escritos para nosotros con su pureza.
Ahora, en el último siglo , la experiencia nos mostró que, a pesar del gran número de documentos traídos a la luz y a pesar de los esfuerzos realizados para penetrar el pensamiento Faraónico, hay , en la traducción de los textos, un gran problema que no tiene sentido, prevalece un completo misterio como el real significado de las representaciones, el panteón, y los mitos, y finalmente como el motivo detrás de estos templos, obeliscos, y colosos que se extienden 2000 kilómetros a lo largo del Nilo.
Estamos parados frente a una caja fuerte que contiene una gran riqueza concerniente a la historia de la humanidad; que no hemos sido capaces de abrirla, porque insistimos en usar una llave racionalista, en lugar de aquella que los que hicieron esta joya utilizaron_ el símbolo y lo simbólico. Es verdad que el simbolismo dio lugar a muchas nociones extrañas, garantizando que su significado es poco conocido.
Muchos intentos fueron realizados para penetrar el enigma faraónico interpretando imágenes y figuras por medio del simbolismo. Aquí la puerta permanece abierta a los errores debidos a los juicios subjetivos, ya que es difícil es este terreno mantenerse positivo. Es evidente que se hizo un esfuerzo para basar cada intento en una teoría guía, que en ocasiones tenía más o menos el aspecto de una filosofía coherente.
Más tarde, el pensamiento racionalista que podía rechazar estos intentos en su totalidad, estando convencidos de que, con el descubrimiento de Champollion de una lectura lógica, sería fácil ver claramente la forma de pensamiento Egipcio. Luego fue traducida a nuestros idiomas modernos, en el espíritu moderno, y más adelante se creyó posible, traducir, basándose en la gramática exclusivamente, textos reservados para los templos. Esto no reveló nada, ni la verdadera mentalidad de los antiguos ni su real conocimiento sobre las fuerzas de la naturaleza. La misma dificultad se encontró aquí, como en la traducción de textos Hindues de los Vedas y Upanishads, etc. O el texto de Lao –
El símbolo como signo que debemos aprender a leer, y lo simbólico es una forma de escritura cuyas leyes debemos conocer, no tienen nada en común con la construcción gramatical de nuestros lenguajes.
Hay una cuestión aquí, no sobre lo que podríamos llamar “lenguaje hierogliptico”, sino sobre el simbólico, que no es una forma ordinaria de escritura.
El propósito de las próximas páginas es la de describir los principios que gobiernan el símbolo y lo simbólico en la forma de expresión de una filosofía vital, y no de una filosofía racionalista.
Esto puede hacer que un día podamos reconocer que no existe un lenguaje hieroglíptico, sino solo una escritura hieroglíptica, que utiliza el símbolo para conducirnos a lo simbólico.
Todos estos escritos se basan en la intención de permitir a un eventual lector elegir la interpretación, y elegir de esta manera el significado moral o espiritual que comprendan a partir de ellos. A menudo estos textos se presentan una especie de “ estilo telegráfico”, sin conexión gramatical entre sustantivos, esto es evitando el hilo gramatical del pensamiento. Ahora comparado con los textos Hindúes (los cuales han sido traducidos varias veces), el Antiguo Egipto ofrece ventajas del método simbólico sobre la forma de escritura- Sin tener conocimiento por sí mismo con un sistema alfabético, un buscador se puede guiar solamente por el símbolo, previendo que él toma en cuenta los principios esenciales que este libro intenta formular.
Es ciertamente un grave error imaginar que uno puede rechazar lo simbólico por creer que se tiene el conocimiento de la escritura que expresa el pensamiento como lo hacen los lenguajes alfabéticos, que pasan por alto la transcripción esotérica de la imagen conteniendo el simbolismo.
Las notas sobre Pensamiento Moderno en la reseña científica por la primera vez (exotérico) han encontrado, a través del racionalismo, el umbral de una puerta que nos permitiría vislumbrar la vida íntima de este asunto. Entonces, es indispensable tener en cuenta la ciencia actual, incluso para una revista general. De alguna manera, sería un error estar permanentemente extraviados por una ciencia que ni puede cruzar un límite definido por la obligación por tener siempre la obligación de relacionarse con un sistema de referencias. Pero debemos reconocer que últimamente se dio un gran paso en la “expansión” de la conciencia humana; en realidad esto es una pregunta no solamente de un enorme avance científico, sino sobre todo de un muy importante estado en la evolución de la conciencia. No es la adquisición de un conocimiento basado en la invariabilidad de la naturaleza; es un punto de parida para el progreso del pensamiento.
La presente etapa de este progreso, la causa de una seria revolución sufrida por el pensamiento científico por cerca de tres décadas, que nos permiten distinguir los principios subyacentes al real significado del símbolo. Lo que hasta ayer podía tomarse como pura especulación filosófica, está hoy día basada en experimentos científicos, con consecuencias asombrosas de las que poca gente puede estar consciente, de lo que queda de seguidores del determinismo racionalista del siglo XIX.
El último siglo se caracterizó por la importancia que la ciencia dio a los cohetes espaciales, la que se siente capacitada para explicar los fenómenos de la naturaleza, basada en el pensamiento “mecanicista” como que es posible predecir el curso de un fenómeno cuando las condiciones de su manifestación son conocidas. Este “determinismo” justifica todas las esperanzas, incluso aquellas relacionadas con el conocimiento del desarrollo de la célula viva y últimamente el secreto de vida. Esta ciencia fue fundada en leyes; que se deducen del comportamiento de la materia, conociendo que esta materia a partir de partículas atómicas de forma específica, elementos químicos invariables, cuyas reacciones esenciales se creían conocidas, gracias a los grandes químicos del siglo pasado que se apoyan en la famosa declaración de Lavoisier “Nada es creado, nada es destruido”.
La electricidad y la termodinámica estudiadas formalmente, estaban al servicio del tema de la ciencia tridimensional (euclidiana), y lo aprendido nos permitía esperar que lo que permanecía desconocido, así como las excepciones en la experimentación de hipótesis aceptadas, podían ser algún día aclaradas. La única guía aceptable para la mente científica, habiéndose transformado en puramente experimental, era una conclusión lógica proveniente de un experimento. Toda filosofía y búsqueda concerniente al “porqué”, necesariamente conducida a una etapa metafísica, era últimamente considerada una extrapolación fantasiosa..
Lo “secreto” y lo “sagrado” parecen sin sentido, y se desarrollaron tendencias antireligiosas, desde que la ciencia humana podía hacer todo, o por lo menos tener la esperanza de que algún día adquiriria esta omnipotencia. Bajo la cubierta de “ateísmo”, el hombre se sustituyó a sí mismo por Dios, dado que su Causa y su Final eran ningún otro que su presente existencia.
Si uno desea comprender el nuevo estado mental, es importante observar la mentalidad de esta ciencia mecanicista. Este punto se alcanzó casi al final del siglo, cuando Becquerel, observando la descarga de un electroscopio al acercarse a una sal de uranio, dedujo la radioactividad. Roentgen descubrió que la materia es transparente a los rayos catódicos, que él llamó rayos-X. Curie, comenzando con óxido de uranio, aisló una sal extremadamente radioactiva, que él llamó el metal “radium”. Entonces aparecieron Sir Oliver Lodge. Sir J. J. Thomson, junto con Lord Rutherford y col. En Inglaterra. Perrin en Francia, Bohr en Dinamarca Planck en Alemania, Einstein en Suiza ( para citar solamente aquellos nombres que son universalmente conocidos)_ los iniciadores de la ciencia de la microfísica ( el estudio del átomo energético) cuando la vieja concepción simplista del material atómico desapareció.
Este es el comienzo de una nueva era. Los experimentos mostrarán que las leyes físicas de la materia macroscópica no son universales, que el fenómeno no puede ser colocado de forma absoluta dentro de un recuadro de una física determinista, y, finalmente que hay un elemento metafísico, la Energía, que juega un rol en el desarrollo y desaparición de la materia.
Hombres prominentes, físicos y filósofos, han publicado actualmente una forma asimilable de la información emergente del recién ganado conocimiento concerniente a esta ciencia, de modo que ignorar estos nuevos elementos pueden producir una laguna perjudicial en las conclusiones de cualquier búsqueda, incluso en arqueología.
La ciencia experimental tiene que tratar con un nuevo mundo de naturaleza abstracta, un mundo cuyos elementos no pueden ser definidos excepto matemáticamente. Se observó que desaparecen las cantidades electrónicas desaparecen para dar lugar a la aparición de los fotones (luz) sin cantidad de energía. Debiera intervenirse en descubrir que es lo que está implícito en el fenómeno observado; la actual filosofía pudiera guiar la experimentación. En física, se trata de filosofía matemática, pero la imposibilidad de coordinar elementos abstractos, de los cuales uno no tiene un concepto definido. “Microfísica” significa la ciencia física del átomo, esto comenzando la física nuclear . En este átomo se puede reconocer, en principio, un núcleo conteniendo una masa neutral (neutrón) y el electrón positivo (positrón) manteniendo en equilibrio una serie compuesta de no menos de siete estratos de electrones negativos (eléctricos).
Todavía uno no puede tomar esta información literalmente y creer que las nociones actuales a cerca del átomo están definitivamente probadas y son ciertas. Todo esto conocido es lo que desde ahora en adelante debemos reconocer con otras leyes de aquellas reconocidas en el mundo material. Y al aparecer la pregunta sobre el átomo como “constituyente de la materia”, hay entonces_ más allá de lo que observan los sentidos_ un estado de naturaleza polidimensional que escapa a nosotros, lo que la inteligencia cerebral (objetiva) ya no puede comprender, pero cuya existencia solo se puede transcribir matemáticamente. No representa esto un trastorno en los conceptos de hace 30 años? La filosofía puede ser utilizada para buscar la conexión, el hilo de Ariadna indispensable en este laberinto del mundo de la energía recientemente revelado. Hombres como Lecomte du Nouy, Le Roy, y Gaston Bachelard, entre otros provveen el ímpetu para este nuevo pensamiento. Extraños destellos reaparecen emergiendo desde los tiempos de la oscuridad medieval cuando los Maestros de la “ Filosofía Natural “ enseñado desde el borde del escolasticismo.
Se ha observado que hay por lo menos siete capas electrónicas alrededor del protón atómico, recordando el sistema planetario y sus correspondencias metálicas, la escala musical, colores, etc. Nos permitimos agregar a estas siete constantes fundamentales: e, carga del electrón; m, masa del electrón; M, masa del protón; h, constante de Planck; c, velocidad de la luz; g, constante de gravitación; i, constante cósmica.
Ahora, está la “constante” sobre la que Henri Poincare tenía un presentimiento y que fue determinada por el profesor Max Planck, que juega un rol determinante, especialmente en los descubrimientos de Louis de Broglie. La constante de PLanck es, en breve, una constante invariable entre la energía (E) de un fotón y la duración (d) de su vibración, de manera tal que Exd= h, no importa cual sea la onda del color de la luz, o la onda de cualquier radiación.( Estas ondas tienen una longitud que puede ser de 50 kilómetros a 1/ 100.000.000 milímetros)
Por la designación de la inversa de la duración, esto es, la frecuencia, de donde sale E =, y es el quantum de energía, esto es la cantidad más pequeña de energía cuyos múltiplos constituyen el total. Si E disminuye, d aumenta y viceversa. Esta “cantidad” de energía es la base común para cualquier razonamiento en microfísica.
Esta teoría del Quanta de Energía, se amplió en el principio del quantum de acción, trabajado más tarde por Einstein y Bohr y es una de las más importantes “iluminaciones” del espíritu científico de la época. Entonces, sentado sobre esas bases, es ciertamente el descubrimiento de Louis de Broglie, junto con el de Heisenberg, lo que más molesta la complacencia de los científicos “mecanicistas”, ya que el estudio de la luz muestra la existencia simultánea de dos estratos contradictorios: el carácter granular en la continuidad de la onda, esto es el fotón, que parece una cantidad aislada, apareciendo en la función continua de la onda_ lo discontinuo dentro de lo continuo. Esta es la simultaneidad que la inteligencia “cerebral” no puede comprender, pero cuya existencia se demuestra por experimentación_ esto nos trae a colación lo que el físico Werner Heisenberg llamó “Principio de Incertidumbre”, el que yo traduciré aquí, psicológicamente, como el “Momento Presente”.
El principio de incertidumbre de Heisenberg puede ser explicado así; se puede localizar en un momento determinado un objeto en movimiento, ya no es posible saber la velocidad exacta en ese momento. Inversamente, si uno puede especificar la velocidad de un objeto en movimiento en un momento determinado, entonces es imposible saber su localización exacta.
Ciertamente esto es un tema de fenómeno interatómico. El hecho de observar la localización de un electrón_o por lo menos la probabilidad de su posición_ significa una acción relacionada a esto, que modifica o cambia su curso. Entonces, el hecho de observar el fenómeno modifica su naturaleza, de tal manera, que en un momento dado, solo uno de los dos elementos se pude conocer exactamente, tanto su localización como su velocidad. Nosotros podemos luego “agrupar” estos datos, observados separadamente, como para reconocer el fenómeno simultáneo, sin realmente conocerlo.
Hoy día este principio de incertidumbre juega un rol preponderante en el pensamiento científico. La fe que pusimos en el determinismo mecánico en el último siglo ha dado lugar a una duda que abre la puerta a la filosofía.
Heisenberg jugó un verdadero rol “iconoclástico” en le microfísica. Él rechazó cualquier tipo de imaginación y por lo tanto asumió que los electrones posiblemente se movían circunferencialmente, de la misma forma que los planetas, alrededor de un núcleo o sol ( así como Bohr lo dio a conocer) cuando es conocido por algunos que hay “capas” con potencial variable.
El “principio de incertidumbre”, no nos permite localizar al electrón cuando se mueve a toda velocidad; entonces, podemos saber su localización solo como una probabilidad. Heisenberg excluye el aspecto de que es en efecto desconocido y está satisfecho con el aspecto desconocido de las diferencias en los potenciales de energía. Definiendo el átomo _ o, más exactamente, su naturaleza_ esto, solamente por los números representando estos valores energéticos por las múltiples “capas” electrónicas o etapas, él cuenta una concreta, imagen asumida con puramente una “imagen matriz” matemática correspondiente al factor observable. Pero continuemos con esta breve enumeración de unos pocos principios, puntos básicos en el nuevo pensamiento, para llegar a la conclusión de que pueden ser corridos de allí para ser m.as comprensibles.
Nuestras antiguas reglas no pueden ser aplicadas al átomo_ esto es, lo que constituye la materia. Ellas siguen siendo válidas para la materia, pero en el átomo, por ejemplo, la gravitación Newtoniana no tiene más lugar: son los efectos electromagnéticos que entran en juego. Esto es un hecho, pero uno que necesita ser estudiado, ya que nosotros aun confrontamos con lo desconocido que las “afinidades” representan. Por otro lado, la química de Lavoisier está felizmente muerta, desde que ahora sabemos que la materia está constantemente desvaneciéndose en energía y que la energía incesantemente crea materia (tras la mutación en isótopos). Sabemos que en la alta atmósfera el nitrógeno se transmuta en un isótopo de carbón, con el cual permite el “nacimiento” de toda la vegetación _ un hecho que arroja (o arrojará) un curiosa luz sobre el fenómeno “vital” en la superficie de la Tierra.
Hoy sabemos algo que la gente del siglo diecinueve pensó que ya no había que temer: sabemos que todo nuestro conocimiento debe ser revisado. Es muy cierto que un nuevo mundo se había revelado al espíritu humano: pero por sobre todo, se debe notar que se están desarrollando nuevas facultades de la inteligencia, y es por este motivo que la ciencia puede penetrar más profundamente en el misterio de la naturaleza.